El director de esta cinta, pretende criticar al sistema policial de Corea, basado en un hecho real en el cual la policía busca un falso culpable, para acabar con un caso que estaba poniendo a la opinión publica en contra de todo su sistema policial.
La película es un thriller en toda regla, con buenos momentos, con un buen ritmo, corrupción, asesinatos sin tregua, disparos a discreción e incluso con algún momento cómico para destensar el ambiente. Consigue que te hagas muchas preguntas sobre el sistema de tu propio país, en el que importa más la imagen pública que se da, que no el trabajo a realizar o la autocrítica cuando te equivocas.
Reconozco que vi la película con mucha dificultad, porque era en versión original subtitulada y apenas alcanzaba a seguir los subtítulos, en un marco incomparable como el magnífico Festival de Sitges.