A mí esta película me parece otra pesadez, la verdad.

Una panda de tíos raros, a saber:
-Cuatro seres casi-altos que no tienen ningún pudor en lucir sus horrorosos pinreles ni en demostrarse su amor en público, sobre todo el hobbit seboso, cuyo líder es, con diferencia, el más tonto y más cobarde de los cuatro.
-Un empalagoso elfo, diestro con las flechas y decidido a cuidar con tesón de los cuatro casi-altos.
-Un enano inspirado en David El Gnomo, pero con más mugre encima, y más gracia también.
-Un pedazo de tío bueno.
-Una princesa guerrera, que se pilla del tío bueno. (natural, viendo el ganado que tiene alrededor)
-Y un alquimista, que antes molaba, pero ahora es una especie de luciérnaga melenuda.
Bueno, lo que decía. Esta panda de tíos raros tienen que llevar un anillo del punto A al punto B. Ya está el argumento. Y para esto tardaron tres horas en la peli anterior, otras tres en esta, y algo más, creo, en la última. Total, una pesadez.

Lo que tiene esto de especial es un derroche de imaginación prodigioso y una adaptación literaria realmente buena, igual que en la primera.

Y esta segunda parte tiene al Golum, que es muy salao. Dentro del inefable universo de los bichejos digitales, es el que me cae más simpático. Con su pinta chunga y su rollito bipolar. Se hace querer el jodío, con lo del hobbit seboso.

Mi ocho es para el buen hacer de Jackson, por el Golum, y por Sir Ian McKellen.