El western es un misterio para mí, como las caras de Bélmez o el éxito de Lady Gaga. Cuando veo un western me pregunto muchas cosas. Viendo éste, concretamente, me ha dado por cuestionarme lo siguiente:
Cuando los blancos suben a las montañas, ya sea en busca de oro, de una vida mejor o, en este caso, como buena peli de Ford, en busca de indios, siempre lo hacen muy abrigaditos. Con sus chaquetones forrados de borreguito, sus sombreros, sus pañoletas al cuello… Sin embargo, los indios, esos salvajes, siempre están medio en bolas, con un taparrabos y los pectorales al aire. Acaso ¿nunca tienen frio, los indios?