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Voto de VALDEMAR:
6
7.7
55,372
Drama. Comedia
Rafael dedica 24 horas al día a su restaurante, está divorciado, ve muy poco a su hija, no tiene amigos y elude comprometerse con su novia. Además, desde hace mucho tiempo no visita a su madre, internada en un geriátrico porque sufre el mal de Alzheimer. Una serie de acontecimientos inesperados le obligan a replantearse su vida. Entre ellos, la intención que tiene su padre de cumplir el viejo sueño de su madre: casarse por la Iglesia. (FILMAFFINITY) [+]
6 de julio de 2009
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
-La mirada de Ricardo Darín cuando contempla a su madre por primera vez ante nuestros ojos.
-La mirada perdida de Norma Leandro que se ilumina al cruzarse con la de su marido, su hijo, su nieta.
-La mirada de Héctor Alterio al ver avanzar a Natalia Verbeke hacia el altar, donde él se encuentra.
-La mirada de Eduardo Blanco al presenciar como su amigo abraza a su hija.
Y sobre todo, los fuegos artificiales en la mirada de Alterio cuando habla de su mujer, de su amor por ella.
No sé muy bien donde está la barrera entre lo entrañable y lo sensiblero, entre lo tierno y lo ñoño. Supongo que dependerá tan sólo del gusto de cada uno, y para el mío la película traspasa esa barrera de largo. Yo prefiero el sabor salado y aquí todo sabe a dulzón y a almíbar.
Aunque el empalagoso guión también nos deja unos diálogos intensos y sobrios, que dichos por estos actores son un auténtico placer.
El almíbar se compensa con las miradas de este elenco de magníficos actores.
-La mirada perdida de Norma Leandro que se ilumina al cruzarse con la de su marido, su hijo, su nieta.
-La mirada de Héctor Alterio al ver avanzar a Natalia Verbeke hacia el altar, donde él se encuentra.
-La mirada de Eduardo Blanco al presenciar como su amigo abraza a su hija.
Y sobre todo, los fuegos artificiales en la mirada de Alterio cuando habla de su mujer, de su amor por ella.
No sé muy bien donde está la barrera entre lo entrañable y lo sensiblero, entre lo tierno y lo ñoño. Supongo que dependerá tan sólo del gusto de cada uno, y para el mío la película traspasa esa barrera de largo. Yo prefiero el sabor salado y aquí todo sabe a dulzón y a almíbar.
Aunque el empalagoso guión también nos deja unos diálogos intensos y sobrios, que dichos por estos actores son un auténtico placer.
El almíbar se compensa con las miradas de este elenco de magníficos actores.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- Dios no es viejo, ni joven. Ni hombre ni mujer. Ni blanco ni negro.
- No padre, ese no es Dios, es Michael Jackson.
- No padre, ese no es Dios, es Michael Jackson.