La verdad que no se por dónde empezar.
Lo único que lamento es no haber visto esta maravilla en su estreno de 1999.
El comienzo ya es una maravilla y te engancha a ese mundo underground en el que se mueve Neo (Keanu Reeves) y donde conoce a Trinity (Carrie-Anne Moss).
La existencia de otro mundo y el saber que lo que vives es una simulación parece que es una fantasía hoy en día, donde lo electrónico o virtual va sustituyendo con paso de gigante a lo real (o lo que concebíamos como real hasta hace nada). Matrix presenta esta teoría de simulación en la que Neo, el protagonista del filme, se reúne con Morfeo (Lawrence Fishburne) para decidir entre vivir lo fácil o lo increíble.
La película avanza con escenas increíbles de acciones, pequeños tintes de amor y planteamientos filosóficos que te harán estallar la cabeza (en el buen sentido, si es que lo hay). Las escenas de acción son finales más que respetables, tanto por la tensión en la que te adentran, como por unos efectos especiales que parecen impropios del siglo XX.