Un hombre es convocado para eliminar al coronel norteamericano Kurtz, perdido en la jungla camboyana. Se dice que ha perdido el juicio y el misterio lo rodea. Metáfora del horror, en el marco de la guerra de Vietnam, rodeado de una bizarra constelación de cadáveres que cuelgan en las profundidades de la jungla camboyana, Biblia en mano y recitando versículos terribles del Apocalipsis, Kurtz se ha erigido en autoridad omnímoda. La película hace gala de muy buenas imágenes, bellos encuadres de las lírica selva del Lejano Oriente, excelente colorido, con buenas actuaciones -un gran Marlon Brando en la recreación de Kurtz-, buena música, buen ritmo y suspenso que la hacen bien recomendable, en fin, un clásico de la filmografía.