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Voto de howtobewanda:
6
Comedia La noche del 2 de marzo de 1953 murió un hombre. Ese hombre es Josef Stalin, dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Y si juegas tus cartas bien, el puesto ahora puede ser tuyo. Una sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.
28 de octubre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El proponer una adaptación de una novela gráfica de éxito como La Mort de Staline teniendo una serie de antecedentes de éxitos en comedia, puede ser un buen principio para atraer al público con sólo un cartel de cine. La trayectoria del director y guionistas deja tras de sí grandes clásicos de la comedia que no hacen sino crear expectativas muy altas para La muerte de Stalin.

Cuando ya te han ganado con los autores, los protagonistas y la propaganda tarantinesca con la que venden la película, comienzan los 106 min de la verdad.
Dejando a un lado el dudoso acierto de enfocar esta obra como comedia negra (podría haberse quedado en comedia), los autores consiguen que durante las casi dos horas que conforman la historia puedas no perder el interés y resulte entretenida.

Sin embargo, queda un sabor agridulce cuando lo cómico está en reírse con y no de los protagonistas: una panda de tiranos que no dudan en hacer desaparecer del mapa al más fiel de sus camaradas si en un momento dado le resulta molesto. Sin caer en el tópico de moda “de este tema no deberían existir chistes”, sólo me quedo con que a mí en concreto no me han hecho gracia. No puedo evitar imaginar lo que hubiesen hecho otros grandes de la comedia con esta premisa histórica, sin caer en escenas esperpénticas que difícilmente te sacan una carcajada. ¡Incluso teniendo a Michael Palin entre los protagonistas!

Termino recordando una frase de Ricky Gervais, en uno de sus discursos polémicos en los Golden Globes. Tras soltar una frase que nos resultó más graciosa a los que estábamos detrás de la pantalla, que a cualquiera del público presente, añadió “It’s funny cause it’s true”. Esta frase vino a mi cabeza cuando escuchaba junto a mí la reacción de algún que otro espectador al que sí le había llegado el chiste. En mi caso, por desgracia, no me llegó nada más que una profunda decepción.
howtobewanda
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