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Chile Chile · www.elotrocine.cl
Voto de Wladimyr Valdivia:
6
Intriga. Thriller Christine Lucas (Kidman) es una escritora de 47 años que, a raíz de un accidente sufrido cuando tenía 25, es incapaz de recordar el pasado y de retener los recuerdos más recientes. Cada día, al despertarse, cree que está soltera y que aún tiene que tomar grandes decisiones, pero, como todos los días, descubre que vive con su marido (Colin Firth) y que las decisiones vitales más importantes ya están tomadas. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No Confíes en Nadie” es el título en español con el que llegó a los cines de Latinoamérica el segundo largometraje de Rowan Joffé, “Before I Go To Sleep”, un thriller de misterio, adaptación del exitoso best seller homónimo de S. J. Watson del 2011 que fue vendido en más de 42 países distintos, novela que se caracteriza por su fácil lectura y, a su vez, un enrevesado argumento.

El director se toma algunas licencias para realizar la adaptación respecto al libro, las que responden directamente a la utilización de un lenguaje cinematográfico capaz de contar de mejor manera la historia, la que nos presenta a Christine (Nicole Kidman), una mujer que día a día debe comenzar una nueva vida, a raíz de un accidente que le daño parte de su cerebro, ocasionándole un tipo de amnesia en la que, al comenzar un nuevo día, no recuerda nada de lo vivido, teniendo que utilizar artilugios, como notas pegadas en la pared, fotografías, y una cámara de video, en la que ella misma se ha estado grabando, relatando situaciones que le parecen relevantes, a modo también de investigación, para resolver su pasado y convivir con su presente. Ben (Colin Firth), su marido, y el Dr. Nasch (Mark Strong), son aparentemente los únicos en conocer su problema y los principales “aliados” de Christine para sobrellevar su situación, la que comienza a dar un vuelco a medida que la verdad va saliendo a la luz.

Tras los primeros diez minutos de visionado, nos damos cuenta que estamos frente a una película que nos dará trabajo. Luego de la presentación de los tres personajes principales y de los hechos que llevaron a Christine a su condición (que básicamente es la sinopsis de manera íntegra), el filme, mediante una retrospectiva en forma de racconto, nos traslada dos semanas atrás, cuando la protagonista comenzaba a recolectar las piezas con ayuda de su doctor. A partir de ahí, la cinta se abre camino en un laberinto, donde nadie parece ser quien es y las mentiras comienzan a ser la única manera de que Christine no descubra su pasado.

Nunca es fácil llevar a cabo una historia no lineal de manera cuidadosa y atando todos los cabos suficientes como para conseguir un resultado exitoso. Mucho menos si corresponde a una exitosa adaptación narrada a la perfección. Y es ese el principal problema de “No Confíes en Nadie” y de su director, quien también está detrás del guion, ya que desaprovecha muchos de los interesantísimos giros que la obra plantea, no sólo por lo predictivo del relato, sino también por la falta de fuerza y de convicción para insertar ciertas ideas que, para el desarrollo de la historia son relevantes, pero a las que se les termina dando un tratamiento excesivamente superficial, lo que impacta fuertemente en la calidad final de la cinta, quedando la sensación de que la historia podía dar muchísimo más material, más aun teniendo como referencia al libro. Sin embargo, consigue mantener el interés del espectador, manejando la intensidad con sutileza y sin caer en demasiados tiempos muertos.

Si hilamos fino, probablemente la cinta reprobaría con creces respecto a la novela, por el imponente relato de la novela de S. J. Watson y su uso de la sorpresa de manera brillante, sin embargo, Joffé consigue armar un filme entretenido con la ayuda de dos actores que son capaces de devolvernos la poca previsibilidad que la estructura del relato no sabe, a ratos, controlar: Colin Firth (“The King’s Speech”) y Mark Strong (“Tinker Taylor Soldier Spy”). Lamentablemente, Nicole Kidman una vez más nos entrega una interpretación carente de pasión y, por momentos, exacerbadamente teatral. Repite el mismo personaje que ya le conocimos en cintas como “The Others” (2001) y “Birth” (2004), dejando claro que el miedo y la angustia no son sus mejores representaciones, a diferencia de trabajos inmensos como lo realizado en dramas consumados como “The Hours” (2002) o “Dogville” (2003), por citar algunos.

Sin duda, lo más rescatable termina siendo la prometedora carrera de Rowan Joffé, del que esperamos que siga incursionando en el género del thriller psicológico. La correcta interpretación de ciertos elementos distractores, y el manejo de la tensión como un personaje más en términos narrativos, invitan a seguirlo de cerca. La banda sonora del ganador del Emmy, Ed Shearmur (“Master of Horrors”, “Cruel Intentions”), terminan por darle la compacidad que la película acaba teniendo.

“Before I Go To Sleep” es una apuesta entretenida, que si bien está a años luz de conseguir la inquietante atmósfera y el juego macabro de personajes y personalidades presente en la novela, y a pesar de sus defectos en el guion, resulta ser un trabajo correcto y muy efectivo, a la altura del alicaído género del misterio, proveniente del cine comercial del Reino Unido de la última década.


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Wladimyr Valdivia
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