Entonces Pepi le dice a sus compas los ponks, que son los famosos Pegamoides, Oigan, ayúdenme a madrear a un policía y les doy hierba. Y los ponks dicen Arre y se madrean al policía y todos felices y contentos porque todos somos felices cuando se madrean a la policía. Pero, oh sorpresa, resulta que el policía tiene un hermano gemelo y pues a ese fue al que se madrearon los ponks, maldita sea. Así conocemos que el poli tiene una esposa que se llama Luci, una ñora frustrada porque su marido la trata como a su mamá.

Un día Pepi se da cuenta que se madrearon al gemelo y decide planear otra venganza, ¿verdad?, y en corto intercepta a la Luci y le dice, Oie está chida tu lima, enséñame a hacerlas. Y Luci sin más acepta y en corto se hacen compas y se ponen a hacer camisas. Y todo podría terminar así, una historia de cómo unas mujeres se dedicaron a la industria textil, pero no, porque entonces llega Bom, que es Alaska, y si no saben quién es Alaska piensen en esa rola de A quién le importa lo que yo haga, y aquí es una niña ponk que no sabe actuar pero hace lo mejor que puede. Entonces Pepi se da cuenta que a Luci le gusta que la maltraten y así de la nada Bom le aplica un bañito dorado, simón, y la Luci re-contenta porque una chica ponk le vació su vejiga. Y así empiezan a acoplarse Pepi, Luci y Bom e inician sus increíbles aventuras donde destacan la pari que se arma donde la raza hace un concurso de a ver quién tiene la riata más grande y el Almodóvar, que hace un cameo en esa escena, se le hace agua la boca y así o la vez que Luci se comió un moco de Bom o la vez que Pepi se dedicó a la industria de la publicidad o la vez que Alaska y los Pegamoides tocaron Murciana marrana y la Luci se prendió en cortote o la vez que Pepi y Bom se besaron, en fin.

Total un mal día el poli, que había sido abandonado por Luci a la verga muy bien amiga, se puso a buscarla porque además de ser un violador pues es un ex tóxico, y el vato la intercepta afuera de un bar y le mete una chinga que la deja en el hospital. Y a pesar de que le metieron una chinga, Luci dice, Ay es el amor de mi vida porque es un monstruo y porque a mí me gusta el dolor. Y pues arre, la Pepi y Bom le dicen Ahi tú amiga. Y yo enojadísimo porque el policía se salió con la suya y nunca le partieron su madre.

Y bueno, quizá esta sea una película medio extraña, con un humor un tanto estúpido, pero hay que entender que Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón es un documento de esa liberación que supuso el fin del franquismo en España y toda la raza andaba experimentando con su sexualidad, con las drogas y con la música. Por eso mismo no se puede despreciar este documento de esa época que se puede ver como una película con estructura punk, fea, desagradable, con una profunda crítica a todas las instituciones como la policía y el matrimonio, con mucha personalidad y una narración un tanto ágil, a pesar de sus excesos en los chistes y sus actuaciones naif.