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Voto de antonio1004:
5
Drama Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan ... [+]
1 de abril de 2012
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una tradición en el cine británico de hacer del cine social su manera de entender el séptimo arte. Si desde Berlanga el cine español adolece de encarar los pequeños (grandes) problemas cotidianos con crudeza y sentido del humor (no, Fernando León de Aranoa y Aída no cuentan) quizás el cine británico ha creado sus propios monstruos a fuerza de repetirse en sus esquemas, hundiéndose en historias de un malentendido y tiránico calado social (cuyo mayor representante es un cada vez más desenfocado Ken Loach) que a la larga tan poco bien han hecho a una cinematografía que todavía está pagando sus consecuencias.

Esclavo de esta herencia cinematográfica, Tyrannosaur supone el debut en el largometraje de Paddy Considine, actor curtido en la escena independiente británica, quizás más conocido por protagonizar un videoclip de los Arctic Monkeys que reconocido por su aportación a la obra de Shane Meadows, regenerador y referente de las nuevas voces salidas de las islas (sin olvidar a Andrea Arnold), capaces de que el cine social haga honor a su nombre. Muestra de este tránsito resulta el film de Considine, en el que (como el propio título indica) su protagonista es un tiranosaurio cautivo de una herencia violenta, que abandonado a su suerte y dejado al alcohol es capaz de encontrar la redención ayudando y comprendiendo a una mujer más necesitada de apoyo que de lástima.

Este proceso es retratado con tono seco y frío hasta el hastío, marcado por una fotografía de tonalidades tan grises como los propios personajes y su entorno. Unos personajes que finalmente no interesan tanto debido a su reiterativa -y falsa- ferocidad, como por su simbólico significado. Considine proyecta un (cine del) Reino Unido enfurecido por no saber encontrarse a sí mismo, que necesita empezar de cero para olvidar los fantasmas del pasado. Y probablemente este imperfecto debut no lo haya logrado, pero sirve para marcar tanto el camino a seguir como el que dejar atrás.
antonio1004
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