Los hermanos Duffer se han coronado con esta serie. Siempre suelo ser de los que ven las series o películas que tienen un fuerte ‘boom’ unos meses más tarde, pero, como se dice, más vale tarde que nunca. Y yo esta serie me la empecé hace dos semanas, y en un fin de semana me terminé la 1ª temporada y al siguiente, la 2ª.

No sé si serán esos años 80 (que no viví y me encantan), ese misterio constante de la trama, ese pequeño pueblo alejado de todo, esa música, esas escenografías, ese rollo a lo Spielberg, y como no, esos personajes en general y concretamente, esa pandilla de niños que nos enamoran a todos, cada uno más característico que el otro (especial mención a Eleven y Dustin). Y también sin lugar a dudas no me olvido del sheriff Hopper. Pero sea lo que sea, esta serie me transmite algo mágico.

En dos semanas he disfrutado y mucho cada capítulo, esperando con más y más ganas el siguiente en cada momento. Se me ha hecho muy breve, pero intenso. Espero ya con ansias la 3ª temporada, y eso que sé que me tocará esperar más de año y medio seguramente, pero es lo que tienen las series que aún no están terminadas. Y hablando de terminar, a mi parecer, deberían alejarse ya del tema laboratorio de Hawkins e innovar algo nuevo, puesto que para el espectador, dedicar tres temporadas al mismo tema, puede “cansar” y así ya no recordar esta serie con tanto cariño ni tan en lo alto.

En definitiva, pedazo serie que recomendaría a todos, pero quiero que vayan con cuidado con esta obra maestra, ya que si empiezan a estirar del chicle demasiado, posiblemente cambiemos de recordar la serie con añoro y admiración, a pensar que la están alargando demasiado. Básicamente, prefiero quedarme con calidad, que con cantidad.