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Voto de Predicador:
10
7.8
43,423
Drama
Alvin Straight (Richard Farnsworth) es un achacoso anciano que vive en Iowa con una hija discapacitada (Sissy Spacek). Además de sufrir un enfisema y pérdida de visión, tiene graves problemas de cadera que casi le impiden permanecer de pie. Cuando recibe la noticia de que su hermano Lyle (Stanton), con el que está enemistado desde hace diez años, ha sufrido un infarto, a pesar de su precario estado de salud, decide ir a verlo a ... [+]
9 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Una historia verdadera" comienza en las estrellas, icono de todo lo que añora Alvin Straight, cuando en su juventud se tumbaba junto a su hermano en el rancho de sus padres en verano y soñaban con los sitios a donde irían y las cosas que harían en la vida. Poco a poco bajamos de ellas a través de los maizales de Iowa para toparnos con que el tiempo de cumplir dichos sueños ya ha pasado, estamos en el ocaso de la vida de nuestro protagonista, donde otras películas terminarían, dando por supuesta la felicidad en la vejez por el hecho de poder vivirla. Aquí no es así.
Cuando Alvin sufre un ataque y posteriormente recibe la noticia del grave estado de salud de su hermano Lyle, con el que lleva enemistado diez años, comprende que ha de concluir esto de un modo mejor que el de resignarse a esperar en su jardín cambiando de dieta y dejando de fumar. Es por ello que, aunque paradójicamente el tiempo no abunde, se embarca en una última odisea interior y solitaria en la búsqueda de su hermano, de la manera más lenta y agónica posible: subido, solo, en una cortadora de césped con la que recorrerá los 500 kms. que los separan. Que nadie espere montaje acelerado y acción frenética: acompañamos a Alvin a su pausado ritmo, con la serenidad de quien está de vuelta de todo y no tiene prisa por nada. El silencio es lo que predomina y es así como las escasas frases cobran más sentido que nunca y suenan tan demoledoras. Su peregrinación es un simbólico repaso final a su vida de principio a fin: cuanto mayor es su interlocutor, más se retrotrae al pasado.
Cuando Alvin sufre un ataque y posteriormente recibe la noticia del grave estado de salud de su hermano Lyle, con el que lleva enemistado diez años, comprende que ha de concluir esto de un modo mejor que el de resignarse a esperar en su jardín cambiando de dieta y dejando de fumar. Es por ello que, aunque paradójicamente el tiempo no abunde, se embarca en una última odisea interior y solitaria en la búsqueda de su hermano, de la manera más lenta y agónica posible: subido, solo, en una cortadora de césped con la que recorrerá los 500 kms. que los separan. Que nadie espere montaje acelerado y acción frenética: acompañamos a Alvin a su pausado ritmo, con la serenidad de quien está de vuelta de todo y no tiene prisa por nada. El silencio es lo que predomina y es así como las escasas frases cobran más sentido que nunca y suenan tan demoledoras. Su peregrinación es un simbólico repaso final a su vida de principio a fin: cuanto mayor es su interlocutor, más se retrotrae al pasado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Primero obtiene la compañía de la adolescente embarazada, lo opuesto a lo que Alvin representa: la vida y la esperanza, y que evoca en el viejo su época como padre, cuando sus hijos eran pequeños y la familia era algo inquebrantable. Más adelante se topa con unos ciclistas universitarios que le hacen rememorar sus días como joven despreocupado por el futuro ("y así es como debe ser"). Luego se toparía con el matrimonio que le ayuda a reparar su vehículo, donde Alvin vuelve la vista aún más atrás: su época de adolescente en el frente y sobre todo a su infancia, siendo ahí cuando comprendemos el simbolismo del cielo estrellado y la hermosa enseñanza sobre el amor fraternal. Finalmente recae en un bar con ancianos y no hay más que decir: tan sólo saborear una última cerveza que sabe a gloria más que nunca una vez concluido el viaje para poder volver, ya por última vez, a las estrellas donde comenzó todo.
Como conclusión, una película tremendamente conmovedora, que precisamente por despojarse de la grandilocuencia de otras producciones (véase Forrest Gump) y a la colosal interpretación de Richard Farnsworth, se siente como auténtica. Una obra maestra que gracias a ponerse el listón tan accesible, lo sobrepasa y llega a cotas inalcanzables.
Como conclusión, una película tremendamente conmovedora, que precisamente por despojarse de la grandilocuencia de otras producciones (véase Forrest Gump) y a la colosal interpretación de Richard Farnsworth, se siente como auténtica. Una obra maestra que gracias a ponerse el listón tan accesible, lo sobrepasa y llega a cotas inalcanzables.