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Intriga
Sharon Golban es una arqueóloga que descubre unos restos dentro de una tumba en Jerusalén. Tras estudiarlos detenidamente llega a la conclusión de que pueden pertenecer a Jesucristo. Por ello el Vaticano decide enviar al joven sacerdote Matt Gutiérrez para asegurarse de que los hallazgos científicos no causan una conmoción en la comunidad cristiana. Todo esto supondrá un dilema para el sacerdote que verá puesta a prueba su fe. (FILMAFFINITY) [+]
14 de febrero de 2022
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy analizamos una película con un argumento interesantísimo, basado -a grandes rasgos- en la inquietante pregunta: ¿Qué sucedería si aparecieran los restos del cadáver de Jesucristo?.
Sobre esta pregunta se construye una película de acción, un thriller político donde se entremezclan las tres grandes religiones monoteístas del planeta: Cristianismo, Judaísmo e Islam.
El film de Jonas McCord se basó en una novela homónima de Richard Sapir. A pesar de lo interesante de su argumento, fue un rotundo fracaso comercial, con apenas 300.000 dólares recuperados de un presupuesto de 30 millones. Estar rodada en el mismo Jerusalén encareció sin duda el proyecto. No me parece que el film mereciera esta recepción tan desastrosa, ya que sin ser una obra maestra sí es interesante y está bien dirigido e interpretado.
Creo que es justo decir que se trata de una película interesante, que merece la pena verla, pero también que hay que visualizarla con ojos críticos. Hay que contemplar un film como lo que es: ficción. Hay quien cuando se pone delante de una televisión cree que todo lo que está viendo tiene la misma objetividad que un documental de la naturaleza. Desgraciadamente no es así. Ver determinadas películas requiere un mínimo de conocimiento y de capacidad crítica para verlas y juzgarlas sin dejarnos arrastrar por el interés de determinado director o productor. Desgraciadamente, no todo el mundo posee estas cualidades, dándole el mismo valor a una película de ficción que al noticiero de cada día. Vivimos en un mundo donde hay intenciones aviesas respecto a la religión cristiana, y el Cine no es una excepción a los constantes ataques que sufre la Iglesia. No obstante, se puede disfrutar del Cine y discrepar del mensaje de una película, no pasa nada si se sabe juzgar rectamente.
Toda la trama de la película se desarrolla en la ciudad santa de Jerusalén. Durante las excavaciones realizadas en un sótano para construir un edificio se encuentra una tumba que data de comienzos del siglo I. Cuando la doctora Sharon Golban (Olivia Williams) comienza a analizar e inspeccionar el cuerpo encontrado empieza a sospechar algo que le confirma un arqueólogo amigo suyo (que casualmente es sacerdote), el Padre Lavelle (Derek Jakobi): El cuerpo enterrado podría ser el de Jesucristo. Las coincidencias son sorprendentes: el cadáver pertenece a un crucificado, de unos treinta años, de profesión artesano, que ha sufrido latigazos y ha sido finalmente rematado con una lanzada en el costado. Cuando el Vaticano se entera del posible hallazgo, decide enviar al Padre Matt Gutiérrez (Antonio Banderas), un antiguo guerrillero de El Salvador, para que encuentre la verdad. Así comienza una historia llena de angustia, emoción, acción, un toque romántico y un descubrimiento que puede zarandear la fe mundial. Reproduzco el momento en el que el espectador comienza a visualizar el problema:
Dr. Sproul: "Esto es inusual. Hendiduras menores de la sutura coronal a lo largo del frontal. La piel ha sido perforada con algo justo en el cráneo, objetos puntiagudos de algún tipo, pero no de metal. ¿Ves? No hay oxidación. Todo el camino a lo largo de la muesca supra orbital. ¡Ah! Nuestro compañero era obviamente... varón, sí... y ciertamente crucificado. No estoy seguro de la fecha que me dices, 500 a.C. Parece más bien romano.
Sharon Golban: ¿Por qué?
D.S.: Bueno, si ves esta marca aquí en las costillas, parece que lo remataron con una lanza redonda. Mira la constitución del antebrazo derecho. Un albañil o un carpintero... como Cristo.
Sobre esta pregunta se construye una película de acción, un thriller político donde se entremezclan las tres grandes religiones monoteístas del planeta: Cristianismo, Judaísmo e Islam.
El film de Jonas McCord se basó en una novela homónima de Richard Sapir. A pesar de lo interesante de su argumento, fue un rotundo fracaso comercial, con apenas 300.000 dólares recuperados de un presupuesto de 30 millones. Estar rodada en el mismo Jerusalén encareció sin duda el proyecto. No me parece que el film mereciera esta recepción tan desastrosa, ya que sin ser una obra maestra sí es interesante y está bien dirigido e interpretado.
Creo que es justo decir que se trata de una película interesante, que merece la pena verla, pero también que hay que visualizarla con ojos críticos. Hay que contemplar un film como lo que es: ficción. Hay quien cuando se pone delante de una televisión cree que todo lo que está viendo tiene la misma objetividad que un documental de la naturaleza. Desgraciadamente no es así. Ver determinadas películas requiere un mínimo de conocimiento y de capacidad crítica para verlas y juzgarlas sin dejarnos arrastrar por el interés de determinado director o productor. Desgraciadamente, no todo el mundo posee estas cualidades, dándole el mismo valor a una película de ficción que al noticiero de cada día. Vivimos en un mundo donde hay intenciones aviesas respecto a la religión cristiana, y el Cine no es una excepción a los constantes ataques que sufre la Iglesia. No obstante, se puede disfrutar del Cine y discrepar del mensaje de una película, no pasa nada si se sabe juzgar rectamente.
Toda la trama de la película se desarrolla en la ciudad santa de Jerusalén. Durante las excavaciones realizadas en un sótano para construir un edificio se encuentra una tumba que data de comienzos del siglo I. Cuando la doctora Sharon Golban (Olivia Williams) comienza a analizar e inspeccionar el cuerpo encontrado empieza a sospechar algo que le confirma un arqueólogo amigo suyo (que casualmente es sacerdote), el Padre Lavelle (Derek Jakobi): El cuerpo enterrado podría ser el de Jesucristo. Las coincidencias son sorprendentes: el cadáver pertenece a un crucificado, de unos treinta años, de profesión artesano, que ha sufrido latigazos y ha sido finalmente rematado con una lanzada en el costado. Cuando el Vaticano se entera del posible hallazgo, decide enviar al Padre Matt Gutiérrez (Antonio Banderas), un antiguo guerrillero de El Salvador, para que encuentre la verdad. Así comienza una historia llena de angustia, emoción, acción, un toque romántico y un descubrimiento que puede zarandear la fe mundial. Reproduzco el momento en el que el espectador comienza a visualizar el problema:
Dr. Sproul: "Esto es inusual. Hendiduras menores de la sutura coronal a lo largo del frontal. La piel ha sido perforada con algo justo en el cráneo, objetos puntiagudos de algún tipo, pero no de metal. ¿Ves? No hay oxidación. Todo el camino a lo largo de la muesca supra orbital. ¡Ah! Nuestro compañero era obviamente... varón, sí... y ciertamente crucificado. No estoy seguro de la fecha que me dices, 500 a.C. Parece más bien romano.
Sharon Golban: ¿Por qué?
D.S.: Bueno, si ves esta marca aquí en las costillas, parece que lo remataron con una lanza redonda. Mira la constitución del antebrazo derecho. Un albañil o un carpintero... como Cristo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Vamos con la crítica. La película, sin lugar a dudas, presenta bastantes intereses oscuros y ocultos. El filme se ceba con las tres religiones antes mencionadas, no dejando títere con cabeza. Todas ellas aparecen como meras invenciones humanas donde lo único que les interesa es el poder, la política y el dinero. Basten tres frases como prueba de ello:
La primera del principal mandatario judío, Moshe Cohen: "La religión no se basa en un sistema racional de pruebas. Sobrevive debido a la necesidad humana".
La segunda del terrorista Abu Yusef justo antes de destruir los huesos encontrados con una granada, con la frase llena de ironía y sarcasmo: "Como dijiste antes, Dios no tiene cabida en la política".
Y por último, este diálogo entre el Cardenal Pesci y el Padre Gutiérrez cuando le comenta que lo va a enviar a Jerusalén:
Cardenal Pesci: Contamos con usted para proteger a la Iglesia.
Padre Gutiérrez: Proteger la fe.
C.P.: Son sinónimos. Si proteges a la Iglesia, proteges la fe.
Cierto que esta postura tan hostil será muy del agrado de un amplio sector crítico hacia todas las religiones, pero creo que las generalizaciones son erróneas e injustas. No todo en el Vaticano, en el Estado de Israel o en el Frente de Liberación Palestino es política. Sin sus respectivos y diferentes credos esas instituciones carecerían de sentido. Cierto que la convivencia entre ellas es difícil, que muchas veces han primado intereses no estrictamente religiosos en sus conflictos, pero de ahí a proponernos que las tres religiones son una mera invención humana –opinión que deja traslucir la película- hay un triple salto mortal sin red.
Analicemos ahora la figura de los tres sacerdotes principales que aparecen. El Cardenal Pesci ya ha quedado retratado -y caricaturizado- con la frase anterior: solo le interesa la Iglesia en cuanto institución humana y está incluso dispuesto a mentir para salvaguardarla. El arqueólogo, el Padre Lavelle, intenta primero negar la evidencia y conservar su fe agarrándose a un texto del Evangelio de San Marcos, 13, 21-23: "Si alguien os dice entonces: El Mesías está aquí o está allí, no lo creáis. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. Pero vosotros tened cuidado: yo os he prevenido de todo" pero posteriormente termina suicidándose al perder la fe por creer que realmente ha aparecido el cuerpo de Cristo. Finalmente, el Padre Gutiérrez es el "bueno" de la película, pero termina renegando de la institución y arrojando el alzacuellos en señal de un abandono de su sacerdocio. Lo hace con estas palabras frente al Cardenal Pesci: "Pensé que había perdido la fe en Cristo, en Dios, mi salvador, mi amigo. Pero no lo hice. He perdido mi fe en servir a hombres como usted o Moshe Cohen, que usan a Dios para justificar sus asuntos materiales. Es por eso que ahora elijo servir a Dios a mi manera". Imagino que de paso, de esta manera, se está cuestionando duramente el celibato en la Iglesia Católica, al arrojar de manera despectiva el Padre Gutiérrez al símbolo que lo representa...
Siento ser spoiler, pero el film tiene ya unos años y no creo que nadie lea esto sin haberlo visto. Tras demoler la construcción, se remueve la tumba y aparece la inscripción: "Por favor, Dios, toma a mi hijo David, como tomaste a tu propio hijo Jesús". Un final políticamente correcto, pero que no anula toda la crítica anteriormente realizada a las tres religiones.
Espero que la disfrutéis, que os haga pensar (el tema es muy sugerente), pero al mismo tiempo, que la juzguéis y la analicéis vosotros mismos. Yo ya os he dado varias pistas para ello.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
La primera del principal mandatario judío, Moshe Cohen: "La religión no se basa en un sistema racional de pruebas. Sobrevive debido a la necesidad humana".
La segunda del terrorista Abu Yusef justo antes de destruir los huesos encontrados con una granada, con la frase llena de ironía y sarcasmo: "Como dijiste antes, Dios no tiene cabida en la política".
Y por último, este diálogo entre el Cardenal Pesci y el Padre Gutiérrez cuando le comenta que lo va a enviar a Jerusalén:
Cardenal Pesci: Contamos con usted para proteger a la Iglesia.
Padre Gutiérrez: Proteger la fe.
C.P.: Son sinónimos. Si proteges a la Iglesia, proteges la fe.
Cierto que esta postura tan hostil será muy del agrado de un amplio sector crítico hacia todas las religiones, pero creo que las generalizaciones son erróneas e injustas. No todo en el Vaticano, en el Estado de Israel o en el Frente de Liberación Palestino es política. Sin sus respectivos y diferentes credos esas instituciones carecerían de sentido. Cierto que la convivencia entre ellas es difícil, que muchas veces han primado intereses no estrictamente religiosos en sus conflictos, pero de ahí a proponernos que las tres religiones son una mera invención humana –opinión que deja traslucir la película- hay un triple salto mortal sin red.
Analicemos ahora la figura de los tres sacerdotes principales que aparecen. El Cardenal Pesci ya ha quedado retratado -y caricaturizado- con la frase anterior: solo le interesa la Iglesia en cuanto institución humana y está incluso dispuesto a mentir para salvaguardarla. El arqueólogo, el Padre Lavelle, intenta primero negar la evidencia y conservar su fe agarrándose a un texto del Evangelio de San Marcos, 13, 21-23: "Si alguien os dice entonces: El Mesías está aquí o está allí, no lo creáis. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. Pero vosotros tened cuidado: yo os he prevenido de todo" pero posteriormente termina suicidándose al perder la fe por creer que realmente ha aparecido el cuerpo de Cristo. Finalmente, el Padre Gutiérrez es el "bueno" de la película, pero termina renegando de la institución y arrojando el alzacuellos en señal de un abandono de su sacerdocio. Lo hace con estas palabras frente al Cardenal Pesci: "Pensé que había perdido la fe en Cristo, en Dios, mi salvador, mi amigo. Pero no lo hice. He perdido mi fe en servir a hombres como usted o Moshe Cohen, que usan a Dios para justificar sus asuntos materiales. Es por eso que ahora elijo servir a Dios a mi manera". Imagino que de paso, de esta manera, se está cuestionando duramente el celibato en la Iglesia Católica, al arrojar de manera despectiva el Padre Gutiérrez al símbolo que lo representa...
Siento ser spoiler, pero el film tiene ya unos años y no creo que nadie lea esto sin haberlo visto. Tras demoler la construcción, se remueve la tumba y aparece la inscripción: "Por favor, Dios, toma a mi hijo David, como tomaste a tu propio hijo Jesús". Un final políticamente correcto, pero que no anula toda la crítica anteriormente realizada a las tres religiones.
Espero que la disfrutéis, que os haga pensar (el tema es muy sugerente), pero al mismo tiempo, que la juzguéis y la analicéis vosotros mismos. Yo ya os he dado varias pistas para ello.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/