Ambicioso proyecto de Michael Mann, después de la soberbia El Dilema. Sin duda, estamos ante una de las figuras clave de dos décadas de la historia contemporánea estadounidense, Mohamed Ali. Es difícil para un europeo entender qué significó este hombre para su país, pero yo me he acercado a la peli habiendo leído anteriormente lo que escribió Norman Mailer y tras disfrutar del enorme documental When we were Kings, basado en esa inolvidable pelea que tuvo lugar en Zaire entre George Foreman y nuestro protagonista, al que los africanos aclamaban con el "Ali boma ye!", traducible por "Ali, mátalo".
Creo que es una de las mejores pelis que ha tratado el fecundo tema boxístico, configurándose como un biopic de casi tres horas en el que se tocan los aspectos más importantes de la época gloriosa del púgil: su relación con las mujeres, su visión política, y sobre todo su lucha contra la desigualdad social y racial. Está perfectamente reflejada su adhesión a diversas causas, como la de Malcolm X o los Musulmanes Negros, aparte de su posicionamiento antibelicista frente a la guerra del Vietnam; al mismo tiempo se trata con respeto el aspecto deportivo, reflejándose acertadamente varios de los combates más recordados, como cuando se enfrentó a Sonny Liston, a Joe Frazier o al citado Foreman.
Will Smith está espléndido en el papel del campeón, al igual que los secundarios, especialmente Jon Voight y Jamie Foxx. La ambientación, tremendamente complicada, es soberbia.
Por poner un pero a un conjunto realmente bien hecho, tal vez adolezca de cierta falta de ritmo, aunque creo que es de agradecer el esfuerzo de no haber narrado la historia de una forma más convencional.