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Voto de Una_de_ellos:
6
Comedia Un crítico teatral que acaba de casarse decide visitar a sus ancianas tías antes de marcharse de luna de miel. Durante la visita descubrirá que las encantadoras viejecitas tienen una manera muy peculiar de practicar la caridad. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2008
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así se muestra esta película a la realidad: erosionada por el paso de los años; que aunque todavía resiste con firmeza, ha perdido el efecto que seguramente durante algunas décadas tuvo sobre el género.

Con el espectacular y carismático Cary Grant, seductor y extraordinariamente divertido, "Arsénico por compasión" completa un genial reparto que si por algo destaca, es por una absoluta personalidad cimentada en el detalle. Y sobre estos detalles recae, precisamente, el encanto sencillo y absurdo de esta comicidad tan peculiar.

El caso es que las expectativas eran buenas. ¿Qué falló, si un comienzo tan original como ingenioso prometía entretenimiento? Mi hipótesis general es que quizá los chistes o comentarios chocantes sobre ciertos asuntos, como por ejemplo la muerte, fuesen impactantes exclusivamente en su época; quiero decir, si la hubiese visto en el 1944 seguramente mi opinión distara mucho de la que tengo 64 años después, pues los años no pasan en vano por nadie ni por nada, y, en lo que atañe al cine, el drama suele envejecer mucho mejor que la comedia. Sin dar demasiados rodeos, al espectador actual lo deja un poco indiferente.

Quiero pensar que hubiere sido esa la razón de que no me haya divertido cuanto esperaba, y no muchas otras que intentan hacer eco en mi inconsciencia, como que el escenario en el que prácticamente transcurre toda la película acabe por sofocar, que muchas escenas se parezcan entre ellas, que se reiteren las fórmulas, tanto en receta como en ingredientes, para hacer gracia (frase ingeniosa, mirada de desconcierto de Grant, frase ingeniosa, mirada de desconcierto de Grant, frase ingeniosa…), que el film, al borde de la cima, se fatigue y ralentice hasta cansar... No quiero ni pensarlo, pues, no sé si lo habré puntualizado, tengo un especial cariño por Frank Capra.

Y es que siendo sincera, que nunca hubo de ser fácil tarea, no me acaba de atrapar aunque me encante la historia. Y, como metáforas hay tantas como granos de sal en la playa, resumiré mi impresión global aplicándola en otro terreno que también me apasiona, el arte: la pintura clásica, a la que no seré yo quien reste mérito y esfuerzo, a mí, y repito, a mí, en grandes dosis acaba pareciéndome toda igual.
Una_de_ellos
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