"A ciegas" es una película al servicio de Sandra Bullock que, bajo la premisa distópica, no aspira a darnos mucho más que un masaje cerebral. La amenaza a la humanidad resulta blanda, la técnica narrativa a dos tiempos se vuelve aburrida y el desenlace llega por puro agotamiento de recursos en una historia que no puede tener otro final. El "enganche" para que el público no desactive la atención es una inteligente gestión de los conflictos que se suceden entre los supervivientes del cataclismo. Ahí es donde la película obtiene cierto cuerpo sin ánimo de explorar todas las posibilidades que surgen.

Y en todo esto, ¿qué pinta Susanne Bier? Pues lo que hace fundamentalmente es dilapidar otro poco del prestigio que ganó con su Oscar mientras que apuntala su solvencia en el campo del cine comercial. Poco más.