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Voto de Torreslópez:
7
7.1
69,190
Aventuras. Drama
Tras un naufragio en medio del océano Pacífico, el joven hindú Pi, hijo de un guarda de zoo que viajaba de la India a Canadá, se encuentra en un bote salvavidas con un único superviviente, un tigre de bengala con quien labrará una emocionante, increíble e inesperada relación. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2012
128 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
“¿Qué historia prefieres: la del Tigre o la del Capitán? Pues lo mismo pasa con Dios”. Tras ver ayer en el cine “La Vida de Pi”, quizás ésta sea la frase que mejor resume el mensaje de la película. Un mensaje, en mi opinión, más que discutible, pero interesante, y que pasaré a profundizar directamente en el “spoiler”. No obstante, en estas primeras líneas quisiera dar mi opinión general sobre la película:
La historia es inverosímil, pero fascinante; fantasiosa, pero con fondo de verdad; extraña y exótica, pero a la vez cercana. Visualmente, la película está impecable, consiguiendo momentos realmente impactantes y prodigiosos (aunque pongo en duda la necesidad del 3D). Los diálogos no son ni maravillosos ni ocurrentes (en general), pero consiguen explicar conceptos e ideas difíciles de comprender con un lenguaje sencillo. El ritmo es lento, pero se mantiene la intriga y el interés. Las actuaciones han estado a la altura. Hay simbolismo, mensajes y lecturas paralelos. Se nos invita a un segundo visionado, pues, al final de la película, se nos plantea una nueva perspectiva para interpretar esos símbolos y poder dar así un nuevo significado a la historia y a lo que representan en realidad esos personajes animales.
Merece una mención especial el diseño del Tigre, que “casi” parece un animal de verdad. Y no parece un animal de verdad porque se le ha querido dotar de “alma”. En los momentos en que el Tigre se comporta como el animal salvaje que es, da miedo y tiene un aspecto hiperrealista. Sin embargo, en los momentos en que parece comportarse como un humano con emociones (por ejemplo, en su primera aparición en la jaula), el brillo de los ojos y los gestos de su cara parecían tan humanos que casi me da grima (se parecía un poco al gato de Shrek). Bromas aparte, lo cierto es que incluso este último detalle tiene su sentido…
Son muchas las virtudes de este atípico relato; y si tuviera que mencionar algún defecto concreto, sería incapaz de hacerlo. Pero quisiera ser sincero y, por tanto, debo decir la verdad. Y la verdad es (y ésta es la mala noticia) que la película no ha llegado a entusiasmarme. Reconozco que me ha gustado y que la considero una buena película; pero no me ha convencido del todo. No sabría explicarlo, pero creo que le falta algo. Me ha parecido una película más interesante o entretenida que verdaderamente divertida o útil. De todos modos necesitaría verla de nuevo para formarme una opinión más completa. No sería la primera vez que una película me gusta más la segunda vez que la veo. Por este motivo le doy un 7 de 10 “provisional”. Eso sí, recomiendo a cualquier lector que vaya al cine a ver “La Vida de Pi”, porque vale la pena.
La historia es inverosímil, pero fascinante; fantasiosa, pero con fondo de verdad; extraña y exótica, pero a la vez cercana. Visualmente, la película está impecable, consiguiendo momentos realmente impactantes y prodigiosos (aunque pongo en duda la necesidad del 3D). Los diálogos no son ni maravillosos ni ocurrentes (en general), pero consiguen explicar conceptos e ideas difíciles de comprender con un lenguaje sencillo. El ritmo es lento, pero se mantiene la intriga y el interés. Las actuaciones han estado a la altura. Hay simbolismo, mensajes y lecturas paralelos. Se nos invita a un segundo visionado, pues, al final de la película, se nos plantea una nueva perspectiva para interpretar esos símbolos y poder dar así un nuevo significado a la historia y a lo que representan en realidad esos personajes animales.
Merece una mención especial el diseño del Tigre, que “casi” parece un animal de verdad. Y no parece un animal de verdad porque se le ha querido dotar de “alma”. En los momentos en que el Tigre se comporta como el animal salvaje que es, da miedo y tiene un aspecto hiperrealista. Sin embargo, en los momentos en que parece comportarse como un humano con emociones (por ejemplo, en su primera aparición en la jaula), el brillo de los ojos y los gestos de su cara parecían tan humanos que casi me da grima (se parecía un poco al gato de Shrek). Bromas aparte, lo cierto es que incluso este último detalle tiene su sentido…
Son muchas las virtudes de este atípico relato; y si tuviera que mencionar algún defecto concreto, sería incapaz de hacerlo. Pero quisiera ser sincero y, por tanto, debo decir la verdad. Y la verdad es (y ésta es la mala noticia) que la película no ha llegado a entusiasmarme. Reconozco que me ha gustado y que la considero una buena película; pero no me ha convencido del todo. No sabría explicarlo, pero creo que le falta algo. Me ha parecido una película más interesante o entretenida que verdaderamente divertida o útil. De todos modos necesitaría verla de nuevo para formarme una opinión más completa. No sería la primera vez que una película me gusta más la segunda vez que la veo. Por este motivo le doy un 7 de 10 “provisional”. Eso sí, recomiendo a cualquier lector que vaya al cine a ver “La Vida de Pi”, porque vale la pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tal vez, uno de los puntos fuertes de “La vida de Pi” es que te invita a pensar en ella, porque, aparentemente, el mensaje o el significado están difusos y es natural que en algún momento te preguntes el porqué de las cosas. Obviamente, la película pretende transmitirnos algún mensaje, y no únicamente contarnos una historia rarísima sobre la convivencia de un muchacho con unos animales en una barca. Sin embargo, aún no sé con exactitud qué significa este cuento extraordinario. Haciendo memoria, me acuerdo de que al principio el Protagonista le dice al Escritor que le va a contar una historia que le va a demostrar la existencia de Dios. Yo no sé si al final el Escritor acaba por convencerse de la existencia de Dios, pero a mí no me ha demostrado nada. Tal vez ésta sea la razón por la que me siento un poco decepcionado por la película. Sin embargo, si pienso un poco me doy cuenta de que es ingenuo pensar que una película va a demostrarme algo que nadie en el mundo es capaz de demostrar.
Por tanto el protagonista opta por contarnos una historia que no hay quién se la trague, pero que mezcla realidad con fantasía para intentar explicarnos el porqué de su manera de actuar, de su instinto de supervivencia, del afloramiento de sus sentimientos, de su suerte; y de qué manera tienen su origen en Dios. Curiosamente esto es lo mismo que hacen las religiones para explicar el porqué de las cosas mundanas y su origen divino: principalmente lo hacen por medio de cuentos, fábulas, historias extraordinarias, parábolas, etc.
Al final de la película Pi le pregunta al Escritor que qué historia prefiere, que si la del Capitán o la del Tigre. El Escritor le contesta que la del Tigre, porque (me imagino) cuenta lo mismo pero es más “guay”. No me gusta. Es como si te preguntaran que qué historia te gusta más, que si la Teoría de la Evolución o la de la Creación; y tú contestaras que te gusta más la Teoría de la Creación por el simple hecho de ser más “bonita” y amena. Pero, pensándolo bien, Pi no le pregunta al Escritor qué historia es la que acepta como verdad, sino que cuál prefiere…
Pi es un hombre religioso. Pero es un religioso muy especial. Su religión es un refrito de todas las religiones que se ha ido encontrando en su vida. Las acepta a todas como verdaderas, a pesar de que estas religiones se aceptan a sí mismas como las únicas verdaderas. Si aceptas una religión como verdadera, no puedes aceptar otra religión también como verdadera. O te crees una historia o te crees la otra. O una de ellas es la verdadera, o ninguna lo es; pero en ningún caso las dos lo son a la vez. Esto es una de las bases de nuestra mentalidad científico-matemático-racional. Pero esa cuestión a Pi le da igual. Él demuestra que puede ser practicante de todas las religiones y, quizás, sacar lo bueno de cada una de ellas. Y, además, es capaz de mantener los pies en el suelo y distinguir entre lo que es Fe y lo que es Razón. Personalmente no sé si la actitud de Pi es enfermiza o genial. Tal vez sean las dos cosas a la vez.
El mensaje que Pi pretende transmitir al Escritor parece que está un poco más “claro”, pero ¿qué mensaje pretende transmitirnos Ang Lee a los espectadores? Ahora se me está ocurriendo que puede que el Director pensara con antelación en todas estas cosas para que yo pensara en ellas; o puede que tal vez yo haya pensado demasiado y me hubiese desviado de lo que pretendía el Ang Lee. Quizás la película sólo pretendía ser un entretenido puzle mental, en el que hay volver a verla para encajar todas las piezas. No lo sé. Pero voy a tomar el ejemplo de Pi y escogeré la primera opción.
Por tanto el protagonista opta por contarnos una historia que no hay quién se la trague, pero que mezcla realidad con fantasía para intentar explicarnos el porqué de su manera de actuar, de su instinto de supervivencia, del afloramiento de sus sentimientos, de su suerte; y de qué manera tienen su origen en Dios. Curiosamente esto es lo mismo que hacen las religiones para explicar el porqué de las cosas mundanas y su origen divino: principalmente lo hacen por medio de cuentos, fábulas, historias extraordinarias, parábolas, etc.
Al final de la película Pi le pregunta al Escritor que qué historia prefiere, que si la del Capitán o la del Tigre. El Escritor le contesta que la del Tigre, porque (me imagino) cuenta lo mismo pero es más “guay”. No me gusta. Es como si te preguntaran que qué historia te gusta más, que si la Teoría de la Evolución o la de la Creación; y tú contestaras que te gusta más la Teoría de la Creación por el simple hecho de ser más “bonita” y amena. Pero, pensándolo bien, Pi no le pregunta al Escritor qué historia es la que acepta como verdad, sino que cuál prefiere…
Pi es un hombre religioso. Pero es un religioso muy especial. Su religión es un refrito de todas las religiones que se ha ido encontrando en su vida. Las acepta a todas como verdaderas, a pesar de que estas religiones se aceptan a sí mismas como las únicas verdaderas. Si aceptas una religión como verdadera, no puedes aceptar otra religión también como verdadera. O te crees una historia o te crees la otra. O una de ellas es la verdadera, o ninguna lo es; pero en ningún caso las dos lo son a la vez. Esto es una de las bases de nuestra mentalidad científico-matemático-racional. Pero esa cuestión a Pi le da igual. Él demuestra que puede ser practicante de todas las religiones y, quizás, sacar lo bueno de cada una de ellas. Y, además, es capaz de mantener los pies en el suelo y distinguir entre lo que es Fe y lo que es Razón. Personalmente no sé si la actitud de Pi es enfermiza o genial. Tal vez sean las dos cosas a la vez.
El mensaje que Pi pretende transmitir al Escritor parece que está un poco más “claro”, pero ¿qué mensaje pretende transmitirnos Ang Lee a los espectadores? Ahora se me está ocurriendo que puede que el Director pensara con antelación en todas estas cosas para que yo pensara en ellas; o puede que tal vez yo haya pensado demasiado y me hubiese desviado de lo que pretendía el Ang Lee. Quizás la película sólo pretendía ser un entretenido puzle mental, en el que hay volver a verla para encajar todas las piezas. No lo sé. Pero voy a tomar el ejemplo de Pi y escogeré la primera opción.