Algunos pensaréis que se votan las películas con las ideas muy claras, pero es mentira. Hay películas como esta que pueden ser de cuatro, de cinco, de seis o de tres. ¿Cuál es la diferencia? ¿Quizás el ánimo, el momento, las ganas?

¿Quién es Doctor Strange? Pues un doctor, claro, de nombre Stephen Strange, Extraño para los hispanohablantes. Por pura curiosidad, he mirado un poco el cómic de donde procede. Yo no soy lectora de cómics, pero si lo fuese me molestaría mucho que modificaran por cuestiones ideológicas y políticas a mis personajes y mis historias. De esta manera, la Anciana de Tilda Swinton es originariamente un hombre con barbas y el barón Mordo de Chiwetel Ejiofor un noble transilvano. Me diréis que esto no tiene ninguna importancia, pero de alguna manera yo creo que sí la tiene porque indica que las historias no se escriben buscando una buena trama; se escriben para ser inclusivo, para que no te critiquen por machista, por racista y demás, y quedar bien aunque la historia quede mal.

Pero esto es una parrafada, así que ¿quién es de verdad Doctor Strange? Pues el hechicero más poderoso del mundo. Aquí se cuentan los orígenes del personaje y su enfrentamiento con un malo muy malo que quiere destruir la Tierra. Todos quieren destruir la Tierra. Strange aprenderá magia y se dará cuenta de otras realidades que en su vida de cirujano rico y borde desconocía. Benedict Cumberbatch hace bien el papel de tipo arrogante e inflexible y te lo crees, aunque te crees menos que en unas ¿semanas? se haga tan poderoso o que los personajes se vuelvan malos de un minuto al otro. La construcción de un villano debería requerir de más profundidad y tiempo, pero la película se centra en exclusiva en un Extraño que, por otra parte, no tiene una historia especialmente interesante o espectacular.

Los efectos especiales son tantos y tan abundantes que saturan la capacidad de maravillarnos. Como hay que poner cosas espectaculares y tenemos que justificar el 3-D vamos a empezar la película con toda profusión de efectos digitales, a lo grande. Si has visto lo impactante en el primer minuto, ¿con qué te vas a asombrar luego? El resto es lo mismo repetido, no hay progresión ni tensión ni impresión.

La película sí es cierto que no aburre, el enfrentamiento entre Strange y Dormammu se resuelve con mucho ingenio y sacrificio por parte del doctor, y la idea de dimensiones y universos paralelos es intrínsicamente chula.

A ver cómo continúa el hechizo.