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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué es el amor para ti? No respondas. Piénsalo.

¿Qué es el amor para Haneke? Yo creo que nada. Y cuando digo nada me refiero a nada perdurable, noble, incondicional, elevado, auténtico. ¿No será el título de «Amour» una fina y negra ironía? Yo sé que no, que para Haneke esto es muy romántico y los espectadores lloran de ternura cuando Georges coge la almohada mientras piensa muy románticamente que actúa como actúa no por él sino por ella, por el bien de su enferma, indefensa y dependiente esposa. Esto, por desgracia, sé que es así, pero realmente mi interpretación es otra: que Haneke tritura con frialdad cualquier esperanza de amor en esta vida. Nada dura para siempre, y menos el amor, que cuando vienen mal dadas muere con saña.

Que a muchos «Amour» le resulte desgarradora es, en mi opinión, dejarse llevar, bien por las críticas positivas generalizadas o bien por las experiencias personales. Lo que Haneke hace es limitarse a mostrar, a exhibir el sufrimiento de una persona con los recursos más mediocres, previsibles, efectistas y manipuladores posible. De ahí, que por algún motivo la historia no pueda aclarar, ni yo pueda comprender, que nadie aporte soluciones prácticas y coherentes a la situación de enfermedad de Anne y traten de hacer pasar por inevitable lo que tiene otras soluciones. Recordemos que este señor Georges puede permitirse el lujo de contratar a dos enfermeras y a una asistenta, y además tiene una hija acomodada. Que esto es ser realista y poco sublime, ya lo sé, y Haneke quiere hacerse el interesante y filosófico, de acuerdo, pero en la vida cotidiana y real, la que existe fuera de las neuras del director, las personas somos así de llanas y quizás amemos de manera muy diferente, o al menos aspiramos a amar de otra forma a la que Haneke representa.

Porque amar con egoísmo no es amor. Porque el amor sin caridad no es nada. Porque el amor que equivale a muerte es la forma más hipócrita y obscena de concebir este sentimiento.

Y ahora, con el corazón en la mano, responde.
Kaori
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