Por una vez y sin que sirva de precedente voy a decirlo: el libro está mejor. Ya sé que es hasta infantil meterse en estos debates, pero es que realmente me ha sorprendido encontrarme con una adaptación que, no entiendo por qué, ha recortado o modificado pasajes y escenas cruciales de la novela original.

«Misery» plantea un hecho muy traumático: el secuestro de un famoso escritor malherido por parte de una fan trastornada. Stephen King tiene un estilo literario pésimo, pero su libro aporta algo que a la película le falta: sufrimiento. No quiero sonar sádica, pero es que el Paul de la novela lo pasa muy, muy, muy mal, y en eso consiste precisamente: en sentir auténtico pánico ante una Annie Wilkes que representa lo maligno. Supongo que el libro les pareció demasiado violento, y de ahí el cambio, pero de esa forma la tensión dramática queda brutalmente reducida y el personaje de Annie transformado de psicópata peligrosísima a loca enamoradiza con algo de mala leche; si la mujer a veces da hasta pena, y no miedo. Incluso el propio Sheldon parece de lo más fresco la mayor parte del tiempo.

Dejando a un lado las comparaciones, la película mantiene el tipo y refleja con bastante juicio la ambigüedad mental de la villana de la historia, una mujer que tan pronto es dulce como la miel, tan pronto amarga tu existencia. La intriga por saber qué va a pasar está garantizada y el mal cuerpo por la situación en sí no se te quita, pese a los momentos de relax. Además, las interpretaciones a dos bandas son esas pequeñas proezas cinematográficas que están en vías de extinción. Cuánto mérito.

Interesante y entretenida, sí, pero también desaprovechada. Lástima.