Para todos aquellos que creen aún en el verdadero amor y se atreven a soñar con Italia; para los que se sienten solos y frustrados, y aún así no se les agria el carácter ni pierden el buen humor; para quienes confían en eso de «si él me conociera de verdad» y esperan sin desesperarse al príncipe azul... o a la princesa-cenicienta. Para los que son alegres, aún estando tristes, y los que se ríen, aunque estén llorando; para todo aquel a quien no le importe romperse los pantalones al caerse en la nieve y prefieran a las personas antes que los regalos caros; para los amantes de los gatos y para los amigos de sus amigos. Para los que aman y saben renunciar; para los que aman, y saben demostrarlo; para los que aman y se dicen «te quiero» con una mirada.

Para los que un día quieran regalarte el mundo.

Para todos ellos, «Mientras dormías».