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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Comedia. Drama. Ciencia ficción Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), estudiante de posgrado de Astronomía, y su profesor, el doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) hacen un descubrimiento tan asombros como terrorífico: un enorme cometa lleva un rumbo de colisión directa con la Tierra. El otro problema es... que a nadie le importa. Kate y Randall emprenden una gira mediática advertir a la humanidad que los lleva desde la indiferente presidenta Orlean (Meryl Streep) y ... [+]
8 de enero de 2022
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras muchas polémicas e interpretaciones, «No mires arriba» se presenta como uno de los últimos éxitos de Netflix, y aunque no puede decirse que sea una película muy navideña ha tocado verla en esas fechas.

La verdad es que me ha sorprendido gratamente. Es posible que se trate de uno de los panfletos progresistas más divertidos que hemos visto en pantalla. A Adam McKay se le nota el pie del que cojea pero hay que reconocerle sin tapujos que acierta plenamente en la sátira y la parodia de ciertos aspectos de las sociedades modernas y la mentalidad norteamericana.

Por un lado, la influencia de las redes sociales y la extensión de una cada vez más descerebrada información en la que la máxima audiencia la da una cantante veinteañera que ha roto con su novio rapero. El fenómeno de los «challenges», los memes destructivos (también hay un ingenio y un sentido del humor maravillosos, que conste) o la virilización de cualquier cosa, a veces la mayor chorrada. Esto es absolutamente real.

Por otro lado, la sátira de la mentalidad norteamericana es un acierto. El patriotismo, la libertad, las armas, la idea salvadora del mundo; todo eso está ahí y lo transmite con auténtica gracia, hay que admitirlo. Yo me partía con el militar-héroe o con ese «te quieren quitar la libertad y las armas». Buenísimo. Curioso que no se parodie la religión, sino al contrario.

Ahora bien, para haber sido algo realmente potente debería haber optado por una crítica menos convencional. Meterse con los seguidores de Donald Trump (en realidad creo que no solo a ellos, pero los mete a todos en el mismo saco) y los multimillonarios de Silicon Valley es lo consumible y rápido. ¿Qué pasa con el resto? ¿Es que a los progres norteamericanos no se les puede criticar en nada? ¿No son parodiables? Ellos se presentan como el ejemplo a seguir, con sus errores como todo humano, pero a fin de cuentas mujeres y hombre honorables que están en posesión de la verdad y se dan cuenta de las mentiras. Venga, dale más caña, chico.

Del mismo modo, atribuir todo a los intereses económicos y partidistas es el mismo discursito político manido de siempre, cuando en realidad el motivo para las malas decisiones puede ser tan simple y humano como la mera incompetencia. Un presidente de los Estados Unidos puede ser altamente ignorante e incompetente, y no tiene por qué deberse a que sea más o menos de derechas. El problema de querer hacer política es ese, que las miras se estrechan y queda todo muy supeditado a la ideología.

La película va de menos a más, te va atrapando en su humor siempre que tengas en cuenta que es una exageración que no te puedes tomar en serio como verdadera crítica; es imposible que una madre se olvide de su hijo y lo deje morir, por ejemplo, pero a su manera es tan absurdo que consigue hacer gracia. Así, todo. El personaje del skater no sé a qué viene, me sobra por completo. El reparto está muy bien y todo eso, pero es Meryl Streep a quien encuentro pletórica, la más graciosa con diferencia junto con el militar de Ron Perlman.

Algo larga, pero amena.
Kaori
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