Hay una frase que temo cuando veo cualquier película de superhéroes, esa de: «Es que en el cómic es así». Un argumento como ese puede cerrar cualquier boca, es de peso, pero al parecer no lo suficiente y, de hecho, es interpretable. Me resulta curioso que después de leer muchas de las críticas de la página y escuchar comentarios de lectores del cómic siga sin quedarme claro si «Spider-Man: Homecoming» es fiel o no al original. Supongo que depende de lo que cada uno considere indispensable en la formación de un personaje y su historia.

Así que ¿qué caracteriza a Spiderman? ¿Quién es Spiderman? En «Homecoming» Peter Parker es una chaval que quiere ser un Vengador, quiere estar en la élite de los superhéroes porque cree, o sabe, que puede aspirar a más. Este es el soso y simple conflicto del nuevo Spiderman. Un problema que se percibe pasajero, más unido a la etapa imberbe e inmadura de los quince años que a su personalidad y carácter como persona y héroe. Nuestro Peter Parker no tiene entidad real y diferenciada, sino que parece encajar en un mero prototipo de adolescente friki con las hormonas revolucionadas a quien le gusta Star Wars; no creo que exista algo más trillado que esto. ¿Esta es la historia que caracteriza a Peter Parker, lo que le define? Ya no queda nada de la historia de su tío Ben, del leit motiv de un gran poder y una gran responsabilidad, de su sentimiento de culpa. No, no hacía falta que nos volvieran a contar cómo le pica la araña y pierde a su tío y todo lo demás, de acuerdo, pero ¿sí era necesario que omitieran por completo ese trasfondo, ese sustrato que sí le conforma como superhéroe? No lo creo. Incluso la tía May de Marisa Tomei no aportada nada, ha perdido todo su sentido y solo sirve como objeto sexual socarrón. Increíble.

«Homecoming» es una película que entretiene, que te hace reír de tanto en tanto, pero el resultado último es la indiferencia. Te deja, en una palabra, fría. Una acción mal concebida en escenarios oscuros que apenas te dejan ver nada; terrible el combate final contra Buitre, insípido e irrelevante a no poder más. Incluso puede que sea triste decir que es el villano por quien sientes mayor solidaridad: es una víctima del presumido y arrogante de Tony Stark. Amigo Tony, quédate en tu película, anda. ¿Una hora presentando un traje de Spiderman con tropecientos gadgets? ¿En serio? Dice Peter en una ocasión que sin su traje no es nada. Hombre, nos gustaría decir que no es cierto, pero es que sí lo es: ni sentido arácnido, ni telas de arañas, ni combate cuerpo a cuerpo, ni nada. Esto es muy humillante para Spiderman, qué queréis que os diga.

Por no hablar del personaje de Michelle..., de todo el pensamiento políticamente correcto, de la inclusión social, racial y toda esa ideología made in siglo veintiuno que, bueno, en mi opinión se ve muy forzado.

No decepciona porque no esperaba nada, pero es totalmente olvidable. Comentarios anexos en spoiler.