Después de ver «esto», he elaborado la hipótesis de que cualquier tipo de humor que exista o que pueda existir es mejor que el de los Monty Python. Imaginad cómo me siento.

Ya había visto sus dos películas y, por lo tanto, lo normal es que simplemente hubiese decidido no ver su serie, pero soy una persona con curiosidad, no rencorosa, así que les di otra oportunidad. Además, «The Flying Circus» tiene un 8,4 de nota media en la página. Quise tener esperanzas. Aquí insertaría una pausa dramática pero solo haré un punto y aparte.

Con sinceridad, la serie es horrible. Ojo, advierto que no he visto todos los episodios, pero después de tragarme la tercera y la cuarta entera, más digamos la mitad de la primera y la segunda, dudo mucho que los capítulos que no he visto sean justo los que me hiciesen gracia. Lo dudo. De hecho, he visto los que son considerados los mejores episodios, pero no he notado ninguna diferencia excepto que las primeras temporadas son aún peores que las últimas.

Los Monty Python tienen muchos problemas a la hora de hacer humor y uno fundamental para mí es que pierden la perspectiva de la realidad. Me diréis que así es el humor absurdo, pero es que hasta para ser absurdo hay que saber. Esto es lo mismo que el arte: cualquier cosa vale porque es «arte». Y aquí todo vale porque es «absurdo». Quizás es que el absurdo extremo a mí no me resulta gracioso, puede ser. Por ejemplo: militares escoceses que se suicidan. ¿Por qué? ¿Qué gracia tiene eso? No es una parodia ni caricatura porque, que yo sepa, la guardia escocesa no se caracteriza por sus tendencias suicidas. ¿Efectos? Que no le pillo la gracia. Y como eso casi todo. No es casualidad que para mí su mejor sketch y el único con el que me reí sea el del cine de Peckinpah. ¿Por qué? ¡Porque es super realista! Es una exageración cierta de su cine. ¿Efecto? Que sí me río.

Otro problema: no saben cuándo acabar la broma; estiran la situación hasta que terminas harto y se ha perdido ya todo posible ingenio. Un tercer problema: el humor lingüístico; espantoso lo que habla esta gente. Cuando se ponen a soltar la verborrea durante diez minutos en un sketch mal enfocado es horrible, pero luego ya el colmo es que metan una canción y entonces tú simplemente quieres que alguien muera, no sé.

Más problemas: ellos no son graciosos. Decir esto es muy arriesgado, pero es que se les nota ya en la cara, en cómo hablan, que no tienen gracia y que todo se basa en lo que puedan decir o hacer. La expresividad es importante, la gestualidad, la actitud, y de ahí que el mejor de ellos sea Michael Palin; es el único que te puede hacer sonreír con cualquier tontería y que puede sacar petróleo de algunos sketches (el de los alemanes en Inglaterra, por ejemplo). No es casualidad creo yo que de los mejores sketches según el público los protagonice él: el de la Inquisición Española y el del Loro muerto. A mí ninguno me hizo gracia pero allá van.

Enésimo problema: lo tienen todo demasiado calculado, milimetrado y estudiado. Al menos es la sensación que dan. ¿Improvisan alguna vez? Teniendo un humor tan loco, estaría muy bien que lo demostrasen y que alguna vez se notara, se viera, que se les va la cabeza, que no pueden con la risa, que están desvariando. Puede que sea pedir mucho, pero es lo que se espera de lo genial, ¿no?, y más si es absurdo como pretenden.

En fin, que no es lo mío, pero si vosotros os reís, perfecto.