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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Animación. Comedia. Aventuras Z-4196 es tan sólo una neurótica hormiga obrera macho, una más entre sus millones de hermanas. Después de bailar con la princesa Bala, se enamora de ella, pero se trata de un amor imposible. Convence, sin embargo, a un amigo para que le ceda su puesto en un desfile militar para poder estar cerca de la princesa. La excavación de un nuevo túnel es supervisada por el general Mandible, una hormiga ambiciosa que convence a la reina de la ... [+]
4 de enero de 2014
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Propuesta animada de la Dreamworks que entretiene pese a los altibajo y con protagonistas hormigas, algo que a priori parece de lo más inocente y sin embargo no lo es. Tiene tela la cosa.

La hormiguita Z se siente frustrada en su colonia porque piensa que su vida no le pertenece sino que son los demás quienes deciden por él. Suponemos que su frustración se verá recompensada cuando consiga ser nada más y nada menos que rey. Así cualquiera. También podemos imaginar cómo será la sociedad que Z construya, que no sólo no puede ser distinta a la del general Mandible por la propia biología insectil, sino que creo que será peor: porque Mandible dictaba el papel de cada uno, pero es que Z no sólo dictará eso sino que encima tratará de convencerte de que «lo has elegido tú» y que ese puesto es justo el que tú deseas y donde quieres estar. Una finísima forma de manipulación y lavado de cerebro que no puede pasársenos por alto.

Para justificar la actitud de Z, tiene que haber un super villano, el general Mandible, que lleva a cabo una de las ideas más absurdas que recuerde: quitarse de en medio a la mitad de la población, destruyéndose de esta manera a sí mismo y toda su colonia. No le entiendo. Quien me gusta mucho es el coronel Cutter, que sí tiene todos mis respetos para ser rey y amado de la princesa Bala; como princesa, no es que sea gran cosa, pero si me la imagino con la voz de Sharon Stone, sube puntos. Mi favorito, Weaver, el amigo leal, fuerte y buenazo del que me niego a creer, por más que nos lo repitan, que no toma decisiones propias, sino que sólo es el lumbreras de Z quien actúa con independencia. Mentira. Incluso Z llega a decir sobre el soldado Barbatus que nunca ha tomado una decisión: ¿cómo llamaría, entonces, a que le salvase la vida, arriesgando la suya propia, en un acto autónomo y libre? Si es que esta película está plagada de una falacia detrás de otra.

Bien mirado, toda esta desvergüenza e hipocresía puede extrapolarse al ser humano: supongo que si fueran personas y no hormigas, también habría un Z que prometería el paraíso para eliminar al jefe y luego asentaría sus posaderas en el mismo sitio para seguir mandando.

Claro que en la vida real, este no es un final feliz.
Kaori
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