Magnífica película de Alfred Hitchcock, realizada en uno de sus momentos cumbres como director poco después de realizar la magnífica "Con la muerte en los talones" y previamente a la realización de los "los pájaros". Y que junto a está última son dos muestras de que Hitchcock no solo era un genio del suspense.
La historia parte de un guión sin fisuras, y en el que no sobra nada, de Joseph Stefano basado en la novela de Robert Bloch, la cual es superada con creces por la película. con una narración totalmente lineal sin uso de recursos efectistas. No obstante en esta película Hitchcock recurre a la voz en off cuando el personaje interpretado por Janet Leight mientras viaja en el coche se imagina todo lo que puede pasar o puede estar pasando a causa de su hurto. Y que nos ayuda a entender el estado de nerviosismo de su protagonista. Por otro lado, las interpretaciones son todas geniales, Janet Leight magnífica, Anthony Perkins estelar en su papel, tanto que quedará marcado para siempre por su personaje hasta tal punto que protagonizó varias secuelas de una calidad infinitamente inferior a esta. Tanto Vera Miles como Martin Balsam, cumplen perfectamente con sus papeles, no así como John Gavin cuya interpretación es la más floja de toda la película.

En los aspectos más técnicos cabe destacar el magnífico uso de la cámara por parte de Hitchcock dando la sensación que la cámara está siempre en el sitio correcto, solo hay que darse cuenta del juego de cámara al que hace uso Hitchcock para representar a "la madre" de Norman Bates, así como los diferentes asesinatos que se producen para no identificar la cara del asesino. En cuanto al tipo de planos destacar la polaridad que existe entre la primera parte y la segunda de la película, siendo en el primera parte abundante el uso del plano medio, ej; toda la escena de la oficina. Puesto que es el momento en el la película prevalece la contextualizan de la historia y de los personajes sobre la motivación de los mismos será en el momento en el que se produce el robo del dinero que se convertirá en el punto de inflexión de la película, en el que empezaran a abundar los primeros planos en primer lugar al personaje encarnado por Janet Leight y al personaje encarnado por Anthony Perkins para representar la motivación y sensaciones de los protagonistas de la historia. Véase la escena del coche en la que el personaje de Janet Leight imagina lo que está ocurriendo o la escena final de Norman Bates.

Con respecto a otros elementos de la película destacar la magnífica fotografía en blanco y negro, los excelentes títulos de créditos que ya son introducidos por la magnífica banda sonora realizada por Bernard Herrmann y que es magníficamente utilizada por Alfred Hitchcock como por ejemplo en la famosa escena de la ducha.
Lo mejor: todo, se hace difícil destacar algo.
Lo peor: nada, aunque quizás por poner algún pero, la actuación de John Gavin que está bastante por debajo de la de sus compañeros de reparto.