Lo cierto es que el tema está complicado. Cuando en el ya lejano 1973, William Peter Blatty y William Friedkin establecieron las líneas maestras a seguir, en la inigualable e insuperable "The Exorcist".

En éstos cincuenta años, se habrán realizado decenas y decenas de producciones abordando el tema, con desiguales resultados. Nunca se ha podido, ni siquiera acercarse, al impacto tanto visual como emocional que supuso en su momento, la obra maestra de Friedkin.

La cuestión es que aquí ya no se asusta ni Dios (con perdón). Mucha gente se lo pasa mejor viendo este tipo de producciones que una comedia al uso.

Esta que nos ocupa no creo que sea como para desternillarse de risa, aunque no va más allá de su principal cometido. Un ejercicio más con un claro espíritu panfletario y propagandístico, obviando que una película sobre posesión demoníaca, debería asustar y estremecer.

Nada, habrá que seguir intentándolo, mientras tanto voy a darle al play por enésima vez a "El Exorcista". Intentaré sacudirme el mal regusto que me ha dejado éste panfleto.

Resulta curiosa la divergencia existente entre las diversas opiniones. Para algunos es "Propaganda católica en forma de película de terror cliché", en cambio para otros resulta ser todo lo contrario. Un ejercicio más para desprestigiar a la Iglesia Católica.

Eso sí, tiene un buen elenco de intérpretes. Virginia Madsen, Colin Salmon y el ya desaparecido Ben Cross.