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Voto de Scissorhands20598:
6
Comedia Pee-Wee tiene una flamante bicicleta roja y blanca que es la envidia de los niños del barrio, pero, mientras compra una bocina nueva, alguien se la roba. Empezará entonces a buscarla incansablemente, pero sin éxito; por ello decide visitar a una vidente para que le diga su paradero, pero la mujer se equivoca. Cuando Pee-Wee reanuda la búsqueda vivirá innumerables aventuras: subirá al coche de un preso fugado, viajará con una camionera ... [+]
8 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una serie de cortos tanto fuera como dentro de la Disney y sobre todo tras dos trabajos de un nivel tan alto como “Vincent” y “Frankenweenie” estaba claro que Tim Burton estaba pidiendo a gritos su salto al largometraje. Su oportunidad llegaría en 1985 con “La gran aventura de Pee-wee”.

Es evidente que al ser un director novel el bueno de Burton no tuvo demasiada libertad creativa sobre su primera película: se trata de un trabajo de encargo para mayor lucimiento de Paul Reubens, un actor que pese a ser bastante desconocido en nuestro país fue una estrella del entretenimiento infantil durante bastantes años en EEUU, sobre todo dando vida a su personaje estrella Pee-wee Herman al cual ni que decir tiene que interpreta también en esta película. Es difícil definir a este personaje, sinceramente: podríamos decir que es una especie de niño-adulto que viste de manera ridícula, ríe tontamente cada dos por tres y puede llegar a resultar verdaderamente muy irritante, sobre todo si antes de ver la película no vas avisado de lo que vas a encontrarte en ella. La historia de la misma es bastante simple: a Pee-wee le roban su flamante bicicleta y, timado por una vidente que le dice que su bici está nada menos que en “los sótanos de El Álamo”, termina emprendiendo un pintoresco viaje por Estados Unidos en busca de la misma, durante el cual se irá cruzando con personajes a cada cual más grotesco.

Seamos sinceros: ni estamos ante una gran película ni por mucho que el por entonces joven realizador de Burbank se hubiese esforzado podría haber conseguido algo mucho mejor de lo que se estrenó. Como ya hemos dicho se trata básicamente de una sucesión de gags (la mayoría no demasiado logrados) a mayor gloria de Reubens/Herman y en el que Burton apenas pudo dar rienda suelta a su talento y a su particular imaginario como si haría ya en su siguiente largometraje “Bitelchus”. Aún así, seamos justos y reconozcamos que “La gran aventura de Pee-wee” es un film entretenido y que probablemente funcionó perfectamente como producto dirigido al público infantil admirador del personaje en cuestión.

Además tiene varios detalles que salvan de la quema el conjunto y lo convierten sino en (como ya hemos dicho) una gran película, si en un producto aceptable: los sueños del protagonista en los que imagina su bicicleta víctima de todo tipo de horrores, esa curiosa maquinaria que utiliza para prepararse el desayuno y que si podemos identificar ya como producto de la inventiva de Burton (pues veremos artilugios parecidos en obras suyas posteriores), algún que otro fragmento bastante logrado como el de la camionera fantasma o el de la persecución en los estudios Warner... y también un sentido del humor que aunque en ocasiones es infantiloide y directamente idiota, sorprende por su fina ironía en otros momentos en los que la película se toma directamente a broma a si misma (como ese ejercicio de meta-cine final o su nada disimulado cachondeo a costa de la “América profunda” texana que si consigue arrancarle al film algún que otro buen chiste).

A destacar también el trabajo del músico Danny Elfman en su primera colaboración con Burton (del que se volverá inseparable) y un aspecto visual colorista y muy cuidado que es sin lugar a dudas lo más destacado de una película evidentemente muy discreta.
Scissorhands20598
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