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España España · Alcobendas
Voto de Dennisdorgan:
3
Romance. Drama Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver, pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente ... [+]
11 de abril de 2013
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera parte me pareció una película de parejita mediocre pero entretenida y con algunos momentos de una mínima atmósfera romántica, sobre todo por la Viena nocturna (la noche en cualquier sitio se presta al romanticismo, que Linklater reflejó con la torpeza que le caracteriza… Pero algo es algo). En esta segunda parte la atmósfera es tan romántica como un concierto de Sepultura. No confundamos el romanticismo y el amor con la verborrea terapéutica o el juego del gato y el ratón sexual. En esta peli no hay amor ni romanticismo alguno, porque en el cine para crear eso se necesita una atmósfera, silencios (que alguien les quite las pilas para que dejen de hablar), tensión sexual bien llevada, un entorno que se preste a ello, un ritmo sutil, una fragancia que debe “sentirse” entre los dos, y los besos y las caricias que han de ser como un regalo final para el espectador. ¿Hay algo de ese romanticismo aquí? Hay “anti-romanticismo”. No hay magia ni chispa ni fuego ni emociones cálidas, sólo una conversación atropellada y el juego del corre-que-te-pillo sexual. Esa pretendida “conexión amorosa” que ven muchos es en realidad una conexión intelectual, que puede sentirse al hablar con un simple amigo, tamizada por el calentón típico al estar con alguien atractivo del sexo opuesto. Si hay amor verdadero, el director no tiene ni idea de cómo mostrarlo. Ni sugerirlo.
¿Diálogos inteligentes? Más bien una filosofía baratucha de andar por casa, llena de lugares comunes tan profundos como un charco. En este sentido es realista porque la mayor parte de la gente es tan mediocre como los protagonistas, dos personajes del montón, frustrados y gárrulos en sus opiniones. ¿Pero profundidad filosófica…? La de una revista para adolescentes. Además la película es política, cada diez minutos la progre europea mete la puntilla al progre americano sobre este sistema de mierda, el imperialismo yanqui, el feminismo paleto, la serenidad espiritual de la pequeña burguesa en la Varsovia comunista y para que quede claro, un gato que se llama Ché (pero ojo, sólo porque Ché significa ¡Eh! en argentino, no vayamos a pensar mal). No me importa ver una película política, pero el mitin a las claras y con honestidad, por favor, no por la espalda y manipulando.
La actriz hace una magnífica interpretación. El chico de nuevo sobreactúa y gesticula casi humorísticamente, en su afán de parecer un hombre nada peligroso, muy sensible y vulnerable, ante el cual las feministas sollocen de alegría, y así hacerse perdonar los pecados de ser macho y encima yanqui. Lo mejor es la presentación del libro, no por el actor, claro, sino por el monólogo. Lástima que se destroce todo cuando aparece ella.
Esta peli de romántica y de amor, nada. Todo rezuma mediocridad, una mediocridad tan extrema que parece salirse de sí misma. Si quieren ver una auténtica película de amor, de fuertes y cálidas emociones bien narradas, visiten “Un extraño en mi vida”, por ejemplo, y comparen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dennisdorgan
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