”You never do right
You're always wrong.”

Love Me Madly, The Human League

”Written, Produced and Directed by Neil Breen”. Siete palabras que se pueden resumir en cuatro (Ruined By Neil Breen) y que, paradójicamente, equivalen al hombre con un ejercicio de estilo más acusado de todo el cine contemporáneo. Porque este tío trasciende con mucho a Tommy Wiseaus, Renés Cardonas, Ed Woods y Truebas. Cuatro películas lleva hechas y cuatro obras maestras del hacerlo todo mal que ha facturado. Cabe la posibilidad de discutir si esto es adrede (en la onda Tim And Eric o Pablo Álvarez Meana) o mero resultado de una incompetencia crónica, y si estamos ante lo primero –que es lo que me inclino a pensar, en ocasiones opta de forma descarada por la peor de las soluciones que tiene la resolución de un encuadre o secuencia- realmente nos encontramos ante un auténtico genio. Las probabilidades difieren, pero no andan muy distantes en dificultad hacer un pleno al quince en una quiniela que no acertar ni un resultado. Pues bien, Neil Breen lleva cuatro jornadas consecutivas logrando lo segundo. Cuatro películas destacándose como un esteta de lo erróneo absolutamente infalible en lo que atañe a no dar una. Algo realmente difícil.

Antes de esta Fateful Findings que le dio el aplauso unánime de Alan Resnick, Chris Kelly, Tim Heidecker y muchos otros Neil llevaba ya hechas sendas pelis Double Down y I Am Here Now que asentaban sus temáticas recurrentes: egocentrismo, fatales decisiones focales y de encuadre, lamentables elecciones en la mesa de edición y al rodar planos de cobertura, popurrís raros de cine político, sobrenatural y religioso, acceso continuo a información de la que nadie más sabe nada y cuyo desconocimiento entraña grandes peligros a la humanidad, habilidades en lo hacker directamente risibles y como salidas de la mente de un preadolescente con empacho de series y literatura hi-tech…. Es un señor con una cara muy extraña, más próxima a una máscara de Halloween que a la tez de un humano, que escoge unos castings que más bien parecen secuestros de seres terminales de un after a las 12 am, y que encima reparte protagonismo en pantalla acorde al trastorno narcisistico-mesiánico que si no tiene al menos simula muy bien tenerlo. Pero, aun siendo a priori algo que eche para atrás, es tan excepcional en hacer todo mal y con una frecuencia en cagarla tan acusada, que hay que ver lo suyo. De verdad.