Impresionado me he quedado de cómo complementa y supera la primera parte.
Después de haber creado sus películas más complejas (concretamente desde "Carretera Perdida" en adelante) Lynch "tenía el deber" de presentarnos algo menos "naive" y más psicotrópico que la primera parte de la serie, y lo ha logrado. La de 1990 era básicamente una serie policíaca, detectivesca (también los amoríos y ligues tenían bastante importancia) y con unos cuantos toques lynchianos, sin embargo la de 2017 es puro Lynch: en cada plano, en cada diálogo se deja notar la huella y la firma de él y de Mark Frost. Por algo será que esta vez no han querido dejar algo tan potencialmente valioso en manos ajenas y han escrito todos y cada uno de los 18 capítulos entre sus dos creadores, mientras que D Lynch se ha puesto tras la cámara también durante toda la temporada.
Mención aparte merece el octavo capítulo de esta temporada, que es un suicidio comercial a la vez que una auténtica obra maestra audiovisual. De lo mejor que se ha visto en la tele en años.
Y por último discrepo ante los que dicen eso de "no he entendido nada" (frase que, por otro lado, se puede escuchar sobre cada una de sus películas). Por momentos eso es lo que puede parecer, pero poco a poco vas descubriendo y enterándote, y es entonces cuando todo adquiere mucho más sentido y gran parte de la trama queda al descubierto. En cada capítulo se revela información, pero también se crean nuevas incógnitas.
En Twin Peaks II (como en algunas de sus películas) te enteras de todo lo que te tienes que enterar, pillas, estando atento, todo lo que sus creadores quieren o necesitan que pilles. Sí, la forma de hacérnoslo ver es muy rara, pero los conceptos me parece que quedan clarísimos.
El reparto y la música, también excelentes.

Menuda espera más larga desde que se estrenara "Inland Empire" (2006), pero desde luego, ha merecido la pena.