El paso de los años ha sido un factor positivo para Romero, o eso es lo que parece tras asistir a su nueva creación cinematográfica en forma de más vísceras y casquería que nunca, pues en ella auna sus mayores virtudes y las eleva a una altura difícil de alcanzar, haciendo de nuevo mella con una autocrítica que resulta directa y nada complaciente (¿que vemos? ¿que observamos? ¿que es aquello que nos rodea? ¿por qué atendemos al espectáculo morboso? ¿cuales son nuestros límites?), condimentándolo con buenas dosis de mordiscos, disparos y muertes y complementándolo, finalmente, con un sentido del humor bastante grueso y una autoparodia tan desternillante como efectiva.

La idea de rodar sólo con un determinado número de cámaras, que son usadas por los distintos protagonistas, ya da mucho de si, puesto que nos permite, en primera instancia, analizar los intereses del ser humano ante una situación tan crítica, y en segundo lugar, obtener un juego mucho mayor en cuanto a situaciones se refiere, puesto que el hecho de que los protagonistas tomen la cámara como un elemento más, propicia una enorme cantidad de hechos y diálogos que son una herramienta más de trabajo para Romero, que la utiliza con sabiduría, sabohacer y gran inteligencia.

Durante el transcurso de "Diary of the dead", podemos observar también un recorrido por algunos de los momentos más emblemáticos de su saga sobre zombies caníbales (la visita a la casa del amish, la incursión de los militares, el refugio en los distintos sitios por los que van pasando, etc...), dando así un plus de sugestividad al espectador para que tenga la sensación de que también los homenajes han llegado a este subgénero que tanto nos ha hecho disfrutar.
Pero no sólo eso, sino que además de homenajear, utiliza ese sentido del humor ya mentado, administrándolo en dosis sensatamente distribuidas y combinándolo en un cóctel explosivo con algún que otro momento de tensión y, sobretodo, apariciones de zombies por doquier, como debe ser.

Por último, no hay que olvidar una galería de emblemáticos personajes que, aunque en ocasiones resultan carne de parodia, también están mejor madurados, por no reaccionar de un modo tan típico, y por poseer unas motivaciones o sensaciones más allá de la simplicidad que suelen adiquirir los protagonistas de esta serie de cintas.
Así pues, con este "Diary of the dead", Romero firma en su particular diario un magnífico (y momentaneo) final para esta saga que, pese a haber tenido sus bajones, siempre ha sabido sobreponerse y ofrecer algo más y mejor.