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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
8
Drama. Romance Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
4 de mayo de 2008
87 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ella, sensual, apasionada, tremendamente sexy. Él, serio, sereno, sobrio.
Y a partir de ahí, una arrebatadora relación capaz de sacudir, hipnotizar y despertar complicidad.
Una relación de esas que no se palpan, que avanza en miradas y gestos, pero nunca en caricias y palabras, una relación en la que se respira una tensión sexual brutal, plano a plano, momento tras momento... hasta que llega el día, el primer encontronazo, y a partir de ahí, el arrebato y el impulso se apoderan de la pantalla con vehemencia y una fuerza que nos harían arrancarnos de nuestro cómodo escondite, de la plácida posición desde la que les observamos, con un sencillo revolcón o con una simple conversación.

Y Allen traza la línea sobre el terreno, desembocando el conjunto en un relato sobrio, contenido, pero de aquellos que sabe hacer saltar la chispa en el instante necesario e inesperado. Así es como avanza una historia que nos habla sobre los miedos, las frustraciones y las dudas de dos personas que encajan, hacen saltar la complicidad por los aires, pero nunca se atreven a dar un paso más, un paso preciso y arriesgado que les llevaría a desatar por completo su pasión.

En "Match point" sorprende no sólo la capacidad de sosiego que imprime el neoyorkino sobre cada una de sus secuencias, ni la elegancia con que se mueve la cámara, sino un trabajo actoral que, encabezado por un brillante Rhys-Meyers que te hace palpitar de inseguridad con cada paso y cada gesto, y culminado por Penelope Wilton que otorga un contrapunto perverso al film, destape a una Johansson antológica, una Johansson que no sólo desataría furor en cuanto se cruzase con cualquiera, sino haría arder también ese pequeño órgano latiente situado en el pecho... y lograr que estallase, si es necesario. Irrepetible.
Grandine
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