Haz click aquí para copiar la URL
España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
8
8.0
41,424
Animación. Drama. Bélico Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Seita y Setsuko son hijos de un oficial de la marina japonesa que viven en Kobe. Un día, durante un bombardeo, no consiguen llegar a tiempo al búnker donde su madre los espera. Cuando después buscan a su madre, la encuentran malherida en la escuela, que ha sido convertida en un hospital de urgencia. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2009
72 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay días que uno no parece estar preparado. Ni para la guerra, ni para subsistir en este mundano planeta, ni para encontrar un rinconcito mágico por más que se busque. Y quizá ese era mi día, puede que, por más que lo hubiese intentando no hubiese hallado aquí la delicadeza de sus imágenes, el pulso de una historia vigorosa bajo un manto grisaceo o el envite de un relato trenzado con perspicacia, inteligencia y brillo. Quizá no era un día idoneo para contarme la historia más negra, el retrato más gris y el amor más fulgente, y probablemente sea por ello que siga sin toparme con los defectos de una obra que no parece tenerlos, de una obra impregnada por el mimo de su autor y narrada con la intuición de un pequeño genio, pero quizá por ello también siga sin saber echarle el pulso, extirparle las sensaciones y emociones.

Por suerte, o por desgracia, hay días que uno, pese a no estar preparado, está ahí para luchar, para hacer frente a cuanta miseria sea necesaria y para proteger aquello cuanto le haga sentir un poco más libre, un poco más vivo. Y ahí está Seita, para endulzar un duro retrato, para pelear contra toda adversidad, para descubrirnos que, entre toda esa miseria y ese dolor, existen las estrellas, existen los momentos de calma oyendo susurrar el viento entre las hojas, existen pedazos de madera que harían feliz a la más pequeña, aunque para él sea la más grande, existen las luciérnagas, existen los remansos de calma en mitad de la noche, envueltos de una fugaz iluminación, de una fugaz magia...

...que, pronto o temprano, desaparece. Azuzada por la guerra, por el llanto, por la desesperación, por las caras de amargura...

De todos modos, yo siempre preferiré quedarme con ese recóndito escondite, rodeado de luciérnagas, que con el agrio sabor de una cinta bella y necesaria. Será que siempre fuí un soñador.
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow