Haz click aquí para copiar la URL
España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
6
Drama Robert Hansen, un joven agente de policía de Copenhague, ha sido destinado contra su voluntad a la pequeña localidad de Skarrild, para desempeñar labores de comisario. Este destino constituye para él la oportunidad de un nuevo comienzo: la posibilidad de regresar a su destino original en Copenhague dependerá de cómo rinda en esta localidad fronteriza. Pero a Robert le cuesta enormemente entender a la población local y sus actitudes, ... [+]
26 de noviembre de 2009
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiferente, sí. Ni frío ni calor. Ni el frío que tanto se pregona por ahí de la "Fargo" de los Coen, ni el calor de una tremenda atmósfera del debut de los mismos, "Blood Simple", que sería lo más cercano a los cineastas nortamericanos que tendría la peliculilla esta. Eso sí, ojalá tuviese una cuarta parte de esa atmósfera que, entonces, ya sería algo, pero ni ahí llega.
Otorgarle virtudes a "Terriblemente feliz" es algo que se me antoja muy, pero que muy fácil. Tanto, que al final termina resultando tan obvia, tan correctilla, que no da ni para eso. Pero es que lo de blandir comparaciones absurdas porque sí, ya me saca de quicio: ni esos paletos que no poseen un ápice de ironía o lucidez en sus comentarios, ni unos diálogos que no dan para demasiado, y se muestran tan inofensivos como desposeidos de virtud, podrían asemejarse en ninguno de los casos (y recalco, en ninguno de los casos) a la labor de los Coen. Ni su ritmo, ni sus personajes, ni tan siquiera la forma de manejar los encuadres, a lo sumo, un tonillo desvergonzado a ratos, y no mucho más.

Pero dejándonos de comparaciones absurdas que se trazan siempre que alguien cree tener ante si otra rara avis europea, empezaré por donde debo empezar: sus primeros minutos. En ellos, Henrik Ruben Genz demuestra que sabe realizar unos encuadres realmente buenos, que domina el tempo si atendemos a las pretensiones que parece querer poseer "Terriblemente feliz" y que es un amigo del más vacuo artificio que he visto en mucho tiempo. En sus primeros minutos, digo, cuando nos regala planos desde distintas perspectivas que a servidor sólo se le antojan un derroche fallero, una especie de seña de identidad, un "detrás de esto estoy yo", vamos, lo que se podría denominar en otros términos masturbación asistida.

A partir de ahí, y con una historia sencilla, que pretende poseer visos de resultar algo mucho más trabajado y profundo, sólo atisbamos a ver un par de brotes de humor negro, y poco más, amen de una conclusión que, no por inesperada, sino más bien por poseer ese punto macarra del que tan necesitado parece estar un film como este, culmina con una espiral de desidia y le ofrece el contrapunto perfecto para dejar todo esto en un interesante, y no más. De hecho, estaría mintiendo si dijese que recuerdo más de dos escenas seguidas de "Terriblemente feliz", sólo sigo recordando las ínfulas de un director por otorgar un deje de originalidad, con esa niña paseando a las tantas de la noche, ese pueblo que soluciona las cosas "a su manera", y esa especie de Gudjohnsen danés que parece estar más aletargado que Edmilson jugando contra el Figueres.
Para el recuerdo, ese mano a mano en la taberna (grandioso), la hostia en la tienda, y algún que otro detalle que, para nada, encumbran esta curiosidad al peliculón que se esperaba desde un buen principio.
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow