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Voto de Anibal Ricci:
8
Ciencia ficción. Aventuras. Acción La tripulación de la nave Enterprise recibe la orden de regresar a la Tierra para enfrentarse a un terrorífico grupo que, desde dentro, ha perpetrado un ataque contra la cúpula de la Federación, sumiéndola en una profunda crisis. Para solucionar el problema, además de un asunto personal, el capitán Kirk encabeza una incursión a un planeta en guerra para capturar a un hombre que es un arma de destrucción masiva. A medida que nuestros ... [+]
21 de agosto de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Kirk ante la encrucijada de salvar a su tripulación, le dice a Spock: “No sé qué debo hacer; solo sé lo que puedo hacer”, lo que se traduce en un salto a ciegas, que permite entender la multiplicidad de escenarios: planetas inexplorados, Londres en el año 2259, el espacio klingon, e incluso vemos a Spock corriendo tras el villano por las calles de San Francisco.

Kirk plantea solucionar el conflicto en base a su intuición, rasgo muy humano, una corazonada al fin y al cabo, descabellada, que llevará al grupo de avanzada a equivocar el camino, mientras Spock, en la línea de tiempo alternativa a que nos llevó Star Trek (2009), se entera por el Spock de la otra línea de tiempo, que Khan es un superhombre genéticamente modificado, que en ese otro tiempo paralelo fue “el enemigo más peligroso que enfrentaron”.

La película es bastante ingeniosa en trasladar la historia del antiguo Khan (Ricardo Montalbán) a esta nueva alternativa temporal, manteniendo las características esenciales del antagonista, y donde cada integrante de la tripulación del Enterprise está muy bien dibujado y cumple a cabalidad su rol, incluso el sentido del humor de cada uno los define acertadamente.

La idea del terrorista, esta vez de la era espacial, que intenta desarticular a los líderes de la Flota Estelar, refleja el profundo impacto que causaron, entre los estadounidenses, los ataques del 11 de septiembre de 2001. Para no hacer tan evidente la comparación, esta vez Khan estrella una nave gigantesca sobre la ciudad de San Francisco. Khan es frío, calculador, dotado de inteligencia y fuerza superior, un enemigo que solo desea satisfacer su sed de venganza.

Este futuro posible, más cercano que la fantasía que nos propone Star Wars, también pone énfasis en el aspecto humano, donde la tecnología siempre está al servicio de los seres humanos y no al revés, y este simple aspecto hace que el tiempo del espectador pase volando en 132 minutos de acción.

Hay un interesante cambio de roles en esta versión entre Kirk y Spock (respecto a “La ira de Khan” de 1982), que resultará en que Spock comprenda de mejor manera el significado de la amistad, y que las emociones hay que expresarlas en el momento justo, no admite más explicaciones.
Anibal Ricci
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