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Voto de Anibal Ricci:
7
Drama Capturado por el gobierno de los Estados Unidos, el musulmán Mohamedou Ould Slahi (Rahim) sobrevive en la prisión de Guantánamo donde lleva más de una década sin cargos ni juicio, sospechoso de haber reclutado en Alemania a miembros de Al Qaeda que participaron en el 11S. Tras haber perdido toda esperanza, Slahi encuentra aliadas en la abogada defensora Nancy Hollander (Foster) y su asociada Teri Duncan (Woodley). Juntos se enfrentarán ... [+]
8 de abril de 2021
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eficiente es el calificativo preciso para evaluar el trabajo de este cineasta británico. Conduce con seguridad las acciones y se rodeó de un electo de primer nivel para llevar a cabo su empresa. Hacia el final nos lleva a los tópicos comunes de este tipo de películas basadas en hechos reales.

Mohamedou Ould Slahi, nacido en Mauritania, décadas antes de los atentados a las Torres Gemelas recibió entrenamiento por parte de Al-Qaeda. Dos meses después de la tragedia, Slahi fue apresado y en 2002 fue llevado a la prisión militar de Guantánamo. Cuando fue detenido en Mauritania, justo antes, procedió a borrar los contactos de su celular.

Fue torturado por años y llevado a juicio al cabo de siete años, sin haberle concedido con anterioridad el derecho a defensa y sin estipular cargos que justificaran su reclusión.

El caso llega a las manos de abogada activista Nancy Hollander, interpretada por Jodie Foster, papel que la haría merecedora al Globo de Oro como mejor actriz de reparto. A Hollander no le interesa tanto que Slahi sea culpable o inocente, su motivación va por el lado de que cualquier persona debe tener derecho a un juicio justo. Ese es el punto de vista de la abogada defensora, la cinta es muy transparente en ese aspecto, de hecho, Hollander no cree del todo el testimonio de su defendido.

La cinta conduce al espectador por un único camino posible, evidentemente que hagamos nuestro el sufrimiento del prisionero, presentando imágenes de apremios ilegítimos al personaje al punto de hacerlo confesar lo que pretenden sus torturadores. El director no nos apabulla con torturas impresentables (electricidad, vejaciones sexuales), tal como suele hacerlo el cine occidental, supuestamente para proteger la integridad del espectador.

La cinta es un paseo guiado donde la mente del fiscal Stuart Couch se establece como “el” punto de vista del espectador. El director no permite que nos formemos una opinión propia, a la luz de los descubrimientos de los archivos secretos, su punto de vista irá virando hacia la postura de la defensa.

En 2015 Slahi logró publicar Diario de Guantánamo, con la ayuda de la abogada, un gran éxito editorial (traducido a muchos idiomas) que dio al caso una visibilidad ante la opinión pública.

Un punto flojo de la película es la determinación de Couch por condenar a muerte y su abrupto cambio de opinión. Su inclusión no le hace el peso al personaje de Jodie Foster, de hecho, psicológicamente no sufre ninguna confusión y desaparece por completo de la escena final.

Otro punto que el director debió haber explotado más profundamente, dice relación con el supuesto pasado terrorista de Slahi. No cualquier persona asiste a un campamento de entrenamiento de Al-Qaeda y el hecho de que borra los contactos de su celular, harían suponer que Slahi no es de los trigos más limpios. El protagonista (interpretado por Tahar Rahim) apenas esboza esa oscuridad y la estructura rígida del guion hace que el espectador decante en la epopeya del personaje por superar la adversidad.

Hay un personaje muy secundario (sólo escuchamos su voz): un ciudadano de ascendencia francesa que habla con el acusado en los patios y que supuestamente se suicida por las horribles torturas que les imponen a los prisioneros. La función de este personaje sería para mostrarnos que Guantánamo no es ningún paseo de campo, pero un detalle importante, Slahi le miente a la abogada para que busque el testimonio de dicho prisionero. Esto representa el lado oscuro del protagonista, pero sólo está insinuado a la pasada.

En suma, aunque los personajes están basados en un testimonio real, son demasiado arquetípicos y la película se juega su credibilidad al emparentar las acciones judiciales con tantas otras películas acerca de injusticias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Anibal Ricci
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