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Voto de Anibal Ricci:
9
Drama Una poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La sexualidad verdadera es aquella que aniquila al ego” teoriza Sabina Spielrein luego de ser rescatada de sus tormentos por Carl Jung. Esa frase es el núcleo central a que nos enfrenta la película del canadiense David Cronenberg. Sabina es el personaje articulador de las teorías de la personalidad que desarrollaron, primero Sigmund Freud (el inconciente contiene las pulsiones más primitivas y reprimidas del ser humano) y luego Carl Jung (existe un inconciente creativo que busca el autodesarrollo). La historia se enfoca en la relación de maestro-discípulo entre Freud y Jung, que paulatinamente va quedando atrás debido a sus diferentes experiencias de vida. Cronenberg les da profundidad al distinguir las diferencias entre sus estilos de vida y sus tipos de personalidad. Resulta paradojal que Freud fuese un hombre conservador en su vida familiar y despliegue una teoría que tenga estrecha relación con el ámbito sexual, cuya experiencia proviene principalmente del relato de sus pacientes. En cambio, Jung es un sujeto influido por las pasiones que incluso se enreda sexualmente con sus pacientes, aún cuando su teoría relaciona al inconciente con la creatividad y plantea la existencia de un inconciente colectivo que nos conecta como seres humanos. Se plantea la tesis de que sus teorías fueron concebidas a partir de cierta neurosis en Freud y de algún grado de psicosis en Jung. Otra dualidad es el origen judío de Freud y el ario de Jung. A su vez, el padre del psicoanálisis vive hacinado con su numerosa prole en un pequeño departamento de Viena, en cambio Jung es un burgués de Zurich que vive en medio de la opulencia que le prodiga su esposa. A pesar de todas estas paradojas resulta indiscutible el importantísimo aporte de ambos al conocimiento de la psique humana. Sabina, la amante de Jung, vive en carne propia los laberintos a los que conduce la mente. Por un lado, su comportamiento inicial de represión sexual está estrechamente ligado a la teoría de Freud, pero gracias a la terapia de Jung se transforma en una importante psiquiatra que difundió la práctica del psicoanálisis por todo el mundo, perfeccionamiento profesional acorde a la teoría de Jung sobre la tendencia al autodesarrollo del inconciente. La recuperación de la patología de Sabina tiene que ver con dejar fluir sus instintos y no reprimir sus impulsos sexuales, no hay maldad en ellos aun cuando sean de carácter masoquista, simplemente son fuerzas contenidas que en caso de ser liberadas darán paso a una creatividad sin límites.
Anibal Ricci
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