Al llegar después de la inmejorable Bumblebee, el despertar de las bestias se pone en evidencia, así y todo cumple el objetivo con creces.
Un filme vertiginoso, más que en algunas de las entregas anteriores, que apoya sus patas en la amistad y en respetar los códigos de la amistad.
En las entregas anteriores, se hacía dificultoso saber cuál de los personajes era cuál en plena batalla, por el parecido de los personajes, en esta entrega han tenido ese detalle muy en cuenta para evitar las confusiones que se generaban, y eso es un mérito de Steven Caple Jr..
Un elenco que dista mucho de aquel que supo brillar en las primeras entregas porque Anthony Ramos no es Shia Lebeouf, aunque tenga una carrera que promete, y mucho menos Dominique Fishback que no tiene ni el glamour ni el carisma de Megan Fox.-