Todo acaba antes de empezar. Los amigos de mis amigas son mis amigos.
Atroz y espantosa. Realismo grimoso hasta arriba de tópicos y mala leche, una visión tendenciosa mostrenca, sesgada, pueril y parcial, simplificadora, maniquea y muy pobre de esos terribles hechos.
Cometen el mismo error con el pueblo que con la familia asesina, los caricaturizan, descontextualizan, distorsionan, empequeñecen y deshumanizan. Al pueblo le hacen un retrato con todos los lugares comunes de la cazurrería y el mal gusto, las putas, el cornudo, la calentorra, el tonto, la guardia civil, las cotorras, el tractor amarillo y un largo etcétera. Y a ellos los convierten en unos trogloditas que echan espuma por la boca, todas las escenas que protagonizan son, de hecho, delirantes y grotescas, no se puede hacer peor ni a posta, ni para hacer parodia, hasta actores inmensos están de vergüenza en su esfuerzo denodado por parecer que el odio les come las entrañas, no tienen el más mínimo sentido, locos y enfermos a los que ni se explica ni se les da raciocinio o vida, como si en sus existencias no hubiera lugar para nada más que la burricie y el deseo de venganza, años enteros pensando y viviendo solo para eso, sabiendo además lo que supone, cárcel o muerte, teniendo en cuenta que con esa otra gente ni siquiera tenían trato a diario, motivos todos por los que hubiera sido todavía más necesario que la película se hubiera tomado la molestia de indagar en su modo de vida y en sus sentimientos y pensamientos y costumbres, en tratar de intentar entenderles algo sin recurrir al brochazo más simple y estrepitoso, en su alma o su esencia más allá de un reflejo tan esperpéntico, tan grueso y obsceno, solo de odio e idiotez llenos.
Y por el otro lado, la otra familia es luz y amor y felicidad y trabajo y cariño, se deja caer lo del fuego con insidia, cierto, pero no nos lo muestran, arrojan la piedra y esconden la mano.
Todo mirado a través de los ojos de una rapaz, bonita pavisosa enamorada/encoñada del, también, tópico maromo de la moto maroto como salido del principio majadero de Malena es un nombre de tango.
La recreación de los hechos es ridícula, no digamos ya nada si además conoces lo que pasó, en ese caso pueden llegar a ser hasta ofensivos esos innecesarios adornos o absurdos cambios, y la película está tan bien visualmente como es penosa/lamentable en la presentación de los personajes y en la mirada tan superficial sobre ese microcosmos adusto, no hay el más mínimo atisbo de sutileza, penetración psicológica, análisis social o cualquier cosa semejante que tenga que ver con el verdadero arte, es solo ruido y furia, oligofrenia y tontería.