30 de mayo de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos vamos a Bailén.
Viva nuestro más eximio acervo cultural, nuestra santa tradición cinematográfico musical, a bailar y cantar hasta enterrarlos en el mar, que la vida son 48 horas nada más, y a los malditos gabachos también mucho de matar, que se vayan ya, que lo de Córdoba no se lo perdonaremos jamás.
Unos dobladísimos Escobar y Jurado, por qué, señor, ella es una mocita andaluza la mar de jovencita y él es un gallardo más maduro, mayoral enamorado de la luna y de la marquesa o duquesa o lo qué cojones sea esa, tan bella, qué sorpresa, nos deleitan, ambos, con sus voces jondas en los entreactos, qué cosa tan maravillosa, la historia, en cambio, menos nos interesa, es sosa, pura tramoya, excusa, bobada suma, el color, el vestuario, el paisaje y el paisanaje y el garbo y el tronío y las mujeres bonitas y los hombres valientes, sí, todo eso mucho más, vamos a gozar.
Espectáculo circense paródico pueril sobre los avatares de la guerra de independencia que no se puede tomar en serio, es solo para disfrutar y de reír, la pena es que también de aburrir por su mucha flojera y vasta tontuna, causada por una trama tan depauperada y paupérrima, como si el mismo Curro Jiménez se hubiera ido con la Lola a los puertos a hacer el indio, qué lindo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Por último, deberíamos rendir un homenaje como se merece al francés Daniel, ese pánfilo de campeonato, un invasor bueno, el muchacho, y, sobre todo, a Gracita Morales, imperial, fabulosa, que hasta se permite hacer, otra también, alguna broma sobre las posibles violaciones de los soldados franceses, ella es ardorosa y todo lo puede, valiente y cachonda, el límite no lo conoce.
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?