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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Aventuras Danny Dravot y Peachy Carnehan, dos aventureros que viajan a la India en 1880, sobreviven gracias al contrabando de armas y otras mercancías. Un día, deciden hacer fortuna en el legendario reino de Kafiristán. Después de un durísimo viaje a través del Himalaya, alcanzan su meta justo a tiempo para hacer uso de su experiencia en el combate y salvar a un pueblo de sus asaltantes. Está inspirada en un relato de Kipling. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De abajo arriba dicho sea de paso.
De cabo a rabo todo es toro.
(Érase una vez hace tres veranos y varios millares de años en la India y mucho más lejos)
Aúna o junta y mezcla la charlotada pueril con la épica más brutal, lo rufianesco y miserable y desaprensivo con la sin afeites grandeza, la tragedia, la lírica, la elegía, la chanza, la broma, la jodienda, la risión sobre Inglaterra y la máxima expresión de su fortaleza, es gruesa y fina, burda y sabia, muy despreciativa y cachonda, es la Conquista Española de América copiada a la pérfida británica, Hernán Cortes que más quisieran, un Jonh Wayne y Dean Martin como parodia, la Historia es un cuento tebeo contado por un idiota con mucho ruido y furia y risa y tontería.
La vida es una apuesta que solo vale la pena cuando es a muerte, a tumba turba abierta, sin mariconadas ni medias tintas, todo o nada, ahora, hay que jugársela y, de paso, mientras te mueres o te matan, divertirte, reírte de veras, pasarla boooomba, un movimiento muy sexy.
El narrador no es Kipilig, es Caine, de hecho, al final Rudyard queda como un timorato chupatintas. Aunque lo homenajean, más bien les sirve como excusa o catapulta, macguffin, entretiempo, entremés, no importa.
Es Conan pasado por Rowan Atkinson, o los Monty Python y Excalibur.
El sexo siempre es el derrumbe, no te (la) toques (a ella, a ninguna) ni te acerques, huye, como de la bubónica peste, la mujer es la caída, el resbalón, el chapuzón, (tengo una) la debilidad, de Aquiles el talón, la perdición de los hombres, la manzana podrida que te expulsa del (los últimos días del) Edén o paraíso una vez tras otra siempre se repite la misma historia, vivir así es morir de amor, no la pruebes que mueres, que te muerde/come vivo, te mastica y te deglute, mantis religiosa, dentada vagina.
La parte contratante de la primera parte no es la parte contratante de la segunda parte ni la parte contratante de la tercera parte, es polvo y paja, alfalfa, una mierda en un palo pinchada, el mundo, el Imperio Británico y todo lo que la pena vale lo joden o jodieron los burócratas, ese eczema, ¿usted no será burócrata Dios no lo quiera?, los leguleyos, esas liendres, los medio hombres, los muertos vivientes, la única forma de redimir ese pecado nefando nada original es coger el petate y buscar la aventura como Melville Ismael decía en Moby Dick, al mar, la mar, una aventura que hoy día ya no tiene cabida y que este película lo/la constata o muestra como epitafio, el último hurra, el último mohicano, los últimos de Filipinas, los últimos serán los primeros, la última cena, fin de un mundo, de una era, de fiesta y de Cyclo, mientras agonizo, el de la libertad y la esperanza, de la felicidad y (del cabo de) la buenaventura, el de lo nuevo o sin descubrir u hollar todavía, periclitado, final punto y pelota.
Lo mismo que decía o hizo Huston con El juez de la horca, el fin del Oeste como símbolo, mito o refugio ante la llegada pavorosa, espantosa de las leyes, los abogados, abogaaadoooo, sal, ratita, quiero verte la colita, y las hipócritas mujeres, o lo mismo que hizo o plasmó con/en El honor de los Prizzi y la mafia italoamericana, Kaputt, o incluso con su última película, Los muertos, y la vida entera, su Fanny y Alexander, corolario, coda, desmitificación, tristeza, humor, humanizar, satirizar, bajar del pedestal, celebrar, en su aspecto más terrenal y humilde reivindicar la vida tal cual, lo humano y su necesidad necedad, o como (en) El tesoro de sierra madre y la búsqueda del dorado o el santo grial, o en Fat City y el boxeo, o en Vidas rebeldes y la vida que se desangra a borbotones, El bárbaro y la Geisha y Japón y..., siempre aventuras fracasadas más grandes que la vida y más pequeñas que la muerte (como las pelis de Berlanga, crónicas de una derrota, alguien intenta salirse de la horma o norma y es triturado, vuelto/conducido al redil, muerto, aplastado por los otros, por la sociedad uniformada y uniformadora castradora represiva monótona sangre oscura, Nicholson en Alguien voló sobre el nido del cuco) que tratan de ir más allá, personajes que escapan de la mediocridad, a los que nos les vale la ramplona cotidianidad y la de los demás sodomizada estrechez mental, Capitán (otra vez) Conan.
La pérdida del mundo viril o masculino (que no es propio solo, ni mucho menos, de los hombres como es tan bien sabido) guerrero, del movimiento a campo abierto y la lucha por todo y contra todos, de la amistad entre iguales en favor de lo femenino (que no es propio solo, ni mucho menos, de las mujeres como es tan bien sabido), de lo pasivo agresivo, taimado o retorcido, de lo pactado y vendido, de la paz falsamente perpetua.
Todo eso, nada más y nada menos, cuenta esta película.
Estos personajes son mentirosos, sinvergüenzas, asesinos, avariciosos, ladrones y lo peor que se te ocurra o imagines, pero a cambio son coherentes y valientes, están dispuestos a aceptar lo que les pase sin quejas ni mierdas, con una sonrisa, cantando al muere, a pelo en pecho descubierto, (ni, por mucho que digan) masones los cabrones, la joda y la parca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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