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Voto de Ferdydurke:
5
5.4
35,401
Aventuras. Romance
Dos niños, Emmeline y Richard, y el cocinero de un barco, únicos supervivientes de un naufragio, son arrastrados por el mar hasta una isla desierta. Poco después, el cocinero muere y los niños tienen que arreglárselas solos. Con el paso del tiempo, Emmeline (Brooke Shields) y Richard (Christopher Atkins) crecen y sus cuerpos empiezan a experimentar los cambios propios de la adolescencia, lo que despierta en ellos una curiosidad que les ... [+]
19 de febrero de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adán y Eva. Robinson Crusoe. La isla del tesoro. Soñadores.
Es bastante (¿profundamente?) aburrida y tontita (¿de baba?) y tan fácilmente atacable y criticable (te lo ponen a huevo, te lo piden a gritos), como atacar a un osito de peluche con un tomahawk, abusar del más débil e indefenso, y risible (venga, vamos) en su naturalismo naíf kitsch soft teen ¿no? porn souvenir national geographic turismo de viaje buen salvaje, pero, en verdad de la buena (lo juro por esnupi y un siluro) es impecable, hasta elegante, cuidada y delicadamente brocha gorda en su (¿supuesta?) nadería, eso sí, sobran como cuarenta minutos, para empezar a hablar con seriedad o alguna propiedad, de vellón, suma y sigue, de música chirriante y grimosa, por dulzona y repetitiva e insoportablemente bonita, y de desnudos y chapuzones y buceos hipnóticos mesméricos, claro, y hubiera estado mejor el primer final tan sobrio y jondo, perfecto, que el segundo redundante calmante.
Verano azul, Esther Williams y (Los últimos días del) Edén. Viento en las velas o Sammy, huida hacia el sur.
Ella es muy preciosa, esos ojos, esos rasgos, él un pimpollo, y el azul los mares del sur y el blanco de la arena y el sol siempre, en lontananza, que se empalma o pone, crepita, dora, la exploradora.
Stevenson más los teletubis y la Biblia y pop celofán plástico Pasolini o yo qué sé que cojones (es).
Es bastante (¿profundamente?) aburrida y tontita (¿de baba?) y tan fácilmente atacable y criticable (te lo ponen a huevo, te lo piden a gritos), como atacar a un osito de peluche con un tomahawk, abusar del más débil e indefenso, y risible (venga, vamos) en su naturalismo naíf kitsch soft teen ¿no? porn souvenir national geographic turismo de viaje buen salvaje, pero, en verdad de la buena (lo juro por esnupi y un siluro) es impecable, hasta elegante, cuidada y delicadamente brocha gorda en su (¿supuesta?) nadería, eso sí, sobran como cuarenta minutos, para empezar a hablar con seriedad o alguna propiedad, de vellón, suma y sigue, de música chirriante y grimosa, por dulzona y repetitiva e insoportablemente bonita, y de desnudos y chapuzones y buceos hipnóticos mesméricos, claro, y hubiera estado mejor el primer final tan sobrio y jondo, perfecto, que el segundo redundante calmante.
Verano azul, Esther Williams y (Los últimos días del) Edén. Viento en las velas o Sammy, huida hacia el sur.
Ella es muy preciosa, esos ojos, esos rasgos, él un pimpollo, y el azul los mares del sur y el blanco de la arena y el sol siempre, en lontananza, que se empalma o pone, crepita, dora, la exploradora.
Stevenson más los teletubis y la Biblia y pop celofán plástico Pasolini o yo qué sé que cojones (es).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Suicidados (como Zweig y su esposa) es mucho más hermoso, dónde va a parar, sin más, la cuadratura del círculo, pero vaya, no lo estropean del todo, los dejan dormidos (soñar, morir... ) y la cámara se aleja pudorosa decorosa y aquí paz y después gloria, bien.
Intenta ser/estar más matizada pese a todo o tanto, escarbar/hurgar suavemente en los detalles, aunque la idea general sea tan obvia o gruesa boba apariencia, trata de abrazar o recrear lo que plantea, los ritos de paso, el viaje iniciático, los polvos, las pajas, los lodos, los deseos, los miedos etecétera y hasta procura acercarse a lo más sagrado o trascendente partiendo desde lo más profano o evidente o tocar de refilón, pisando la nada dudosa luz del día, los mitos y los dioses (que aquí conviven primitivamente con los albores de la razón y el pensamiento lógico), la muerte y la nada, no se conforma solo con dos calentones y tres peces que podría ser pero no (eso, solamente).
(Todo) Lo cual se puede ver, por ejemplo, también en otras ocasiones, pero ese momento es más claro a todo este enjundioso respecto, cuando él mira los esqueletos y las calaveras, observa (y compara, la clave, y para sí reconoce, deduce, intuye, comprende) su propio cuerpo y a continuación toquetea el de su crío, tres en uno, tres ideas o instantes ratos que van más allá de lo aparente o superficial, que hablan del acabose, la materia y la podredumbre, la asociación de ideas, el paso del tiempo implacable, la relación entre diferentes u opuestos, entre el principio y el fin, la llegada del conocimiento a través de la comparación, de lo abstracto desde lo concreto, la capacidad de pensamiento a partir de símbolos y cosas, para que tú veas, ahí es nada, ahí queda eso.
Él crea construye arma (y es simplón o básico), ella no hace gran cosa, ni el huevo (y es más picarona y lista y ladina), cultura o naturaleza.
Fábula tabula rasa raza rosa melosa amarga.
Cuanto más primo, más me arrimo.
De Valparaíso a Macao, de punta a punta, de cabo a rabo, ese marinero es una idealización legendaria de un arquetipo más bien literario, y su muerte está bien que sea fuera de campo, cae de maduro, borracho, feliz al fin.
El bebé en el agua es igual a la famosa portada del disco de Nirvana.
Intenta ser/estar más matizada pese a todo o tanto, escarbar/hurgar suavemente en los detalles, aunque la idea general sea tan obvia o gruesa boba apariencia, trata de abrazar o recrear lo que plantea, los ritos de paso, el viaje iniciático, los polvos, las pajas, los lodos, los deseos, los miedos etecétera y hasta procura acercarse a lo más sagrado o trascendente partiendo desde lo más profano o evidente o tocar de refilón, pisando la nada dudosa luz del día, los mitos y los dioses (que aquí conviven primitivamente con los albores de la razón y el pensamiento lógico), la muerte y la nada, no se conforma solo con dos calentones y tres peces que podría ser pero no (eso, solamente).
(Todo) Lo cual se puede ver, por ejemplo, también en otras ocasiones, pero ese momento es más claro a todo este enjundioso respecto, cuando él mira los esqueletos y las calaveras, observa (y compara, la clave, y para sí reconoce, deduce, intuye, comprende) su propio cuerpo y a continuación toquetea el de su crío, tres en uno, tres ideas o instantes ratos que van más allá de lo aparente o superficial, que hablan del acabose, la materia y la podredumbre, la asociación de ideas, el paso del tiempo implacable, la relación entre diferentes u opuestos, entre el principio y el fin, la llegada del conocimiento a través de la comparación, de lo abstracto desde lo concreto, la capacidad de pensamiento a partir de símbolos y cosas, para que tú veas, ahí es nada, ahí queda eso.
Él crea construye arma (y es simplón o básico), ella no hace gran cosa, ni el huevo (y es más picarona y lista y ladina), cultura o naturaleza.
Fábula tabula rasa raza rosa melosa amarga.
Cuanto más primo, más me arrimo.
De Valparaíso a Macao, de punta a punta, de cabo a rabo, ese marinero es una idealización legendaria de un arquetipo más bien literario, y su muerte está bien que sea fuera de campo, cae de maduro, borracho, feliz al fin.
El bebé en el agua es igual a la famosa portada del disco de Nirvana.