Protocolo. Juguemos a los médicos y las enfermeras.
Diablo Cody no decepciona. Ya trabajó con Charlize en "Young Adult", de la que guardo un buen recuerdo, y con Reitman más veces, y ya reivindicó el deseo femenino hetero y habló de la maternidad, si mal no recuerdo, con gracia e ingenio, en "Juno". Lo que decía es que nunca da lo previsto o esperado, siempre elige el camino sorprendente, lejos de lo que hacen los demás, la gran mayoría, siempre se escapa a última hora de lo que dicta la moda/dinero/poder del momento; en este caso pundonoroso todo apuntaba a drama feminista recién salido del horno en el que se vienen a cantar los infinitos horrores de la maternidad y se dice claramente a las buenas mujeres que para qué tener hijos o casarse o fundar una familia, si todo es espanto, esclavitud, insatisfacción, dolor, miseria, aburrimiento, si además así te vuelves fea, gorda, ya nadie te desea ni puedes subir ningún vídeo cuando tú antes estabas tan buena, eras carne fresca, que mucho mejor, donde va a parar, dedicarse en cuerpo y alma al mundo del trabajo que tanto libera y enriquece, realiza, logra, independiza, engrandece, apuntarse a la cola del paro, no tener que aguantar a nadie, a ningún hombre horrible concretamente, esos seres horripilantes y violentos, que todos ellos son tus verdaderos enemigos, nena, el mal, de clase, raza y religión, sí, seguro, por lo que la mejor opción es la soledad gatuna o perra, los animales son más buenos y fieles y morales, o entregar tu vulnerable corazón a un ser tan sensible y cariñoso y comprensivo como tú, de tu misma especie, también femenino, más o menos, que por lo menos así lo sienta o proclame, independientemente de lo que por ahí tenga, que ya verás que así te entenderán y amarán como tu te mereces, todo eso, y además Diablo tampoco elige el transitado camino de los cuernos, el sexo como pecado traicionero, el fracaso de todos los valores más santos, sino más bien todo lo contrario, qué descaro, en resumen, que es una mala persona que como guionista, mujer tenía que ser, no deja ningún consuelo ni relajo ni escapatoria al pobre y torturado espectador tan bien aleccionado, y además, reconozcámoslo, lo que pasa y cómo se narra eso es todo muy raro, hoy día, peculiar incluso, mucho, extraordinario, ya que vivimos unos maravillosos años, muy trágicos y divertidos, en los que hemos dado por completo la vuelta a la tortilla, giro de 180 grados, o de 360, lo que más te guste, es decir, lo que hace cuarenta años cantaban Almodóvar y McNamara sobre cómo ser mamá y cómo tratar a los bebés y que era la máxima expresión del undergorund y la contracultura, hoy hasta se quedaría corto como versión oficial y muy institucional, sería un mensaje muy timorato que hasta dudarían en firmar como dios manda la gerifalta del Banco Santander, nuestra querida Letizia o todas las revolucionarias y revolucionarios feministas que como ellas dos, por poner solo dos ejemplos señeros que padecen de brecha salarial, ocupan los más altos cargos del mundo libre tanto en el ámbito público como en el privado en su afán irremediable por cambiar las cosas, por socavar los cimientos de una civilización que saben perfectamente, ellos mejor que nadie, que es tan injusta debido a que la sufren en sus propias concienciadas carnes de manera más directa que los demás, todos los simples pobres, tantos políticos, casi todos, empresas, organismos, fundaciones, cumbres, tratados, acuerdos, leyes, nacionales y extranjeros, y hasta nuestro queridísimo y admiradísimo Papa San Francisco que tiene el detalle no suficientemente ponderado de saber nuestro idioma, ellos pedirían más, mucho más, una reforma más gruesa, les gustaría, si les dejaran, tirar bombas como los de antaño anarquistas, como Bakunin, a ver si así se iba todo al carajo de una maldita vez, en cambio, lo que antes era lo más reaccionario, meapilas, conservador, tedioso y tremebundo, la reproducción, el casamiento y la heterosexualidad como fin y principio de todo, toda esa basura hedionda que hoy ya podemos decir que así fue, es ahora lo más punk, salvaje, arriesgado, libertario y libertino, pura depravación, gran degradación, mucho pecado, anatema, herejía, iconoclastia, barbarie, primitivismo, profanación, te la estás jugando, amigo, eso es muy peligroso, lo pagarás muy caro, te expulsaremos de la Iglesia, no descansarás en sagrado si sigues de ese ominoso modo procediendo, te tendrás que confesar antes de exhalar el último suspiro, en resumen, que se trata de bailar, aunque cambie la música, la canción es diferente, para volver a lo mismo, a hacer el ridículo, que es el único modo de estar vivo. Y hablamos, en resumen, de un progreso que convierte la rebelión en cargo bien pagado, y así todos más o menos contentos, la ética y el bolsillo cogidos de la mano, feliz casamiento. Pues eso, Diablo, como tu propio nombre indica, no por casualidad, no hay tal, te mereces el infierno, tendrás que estudiar más el catecismo, volverás en septiembre.
La película sorprende, por todo ello y alguna cosa más, y no encaja parece que nada, pero al final se explica y todo cobra sentido, no era arbitrario lo que nos estaban contando, había alguien con criterio dirigiendo el cotarro.