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Voto de Ferdydurke:
7
8.1
7,280
Drama. Romance
Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla. Adaptación de la novela de Henry James "Washington Square". (FILMAFFINITY)
15 de diciembre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ella murió a los ciento cuatro años, ayer mismo, Olivia, él con cuarenta y cinco, hace tanto, Montgomery.
La verdad es asquerosa, repulsiva, revulsiva, inaceptable e insoportable, desagradable, incómoda, urticaria, salvaje, atroz, la verdad es la muerte, destruye todo lo que toca, embalsama y aniquila, la verdad es incompatible con la vida, por eso todos la odian y la temen tanto, te quieren matar si se la dices, apártala de mi boca/oreja, ni se te ocurra, por eso la inmensa mayoría viven engañados, como los niños temen al ogro, igual, es, de hecho, lo que más desean en el mundo, que les engañen constantemente, cuanto más, mucho mejor, por eso es tan fácilmente manipulable la gente, la masa, la que se traga cualquier bobada con todas las ganas, ocho que ochenta, más, miénteme mucho, por favor yo te lo pido, da igual la época o el modo, por eso se hacen esas películas o series que gustan tanto, por nada, eso es lo que dice esta película, poco más o menos, aunque, claro, eso no puede ser, de ninguna de las maneras, no me lo creo, seguro que él está muy enamorado, si se le nota en la mirada.
Esta historia plantea una ecuación endemoniada, irresoluble, imposible, terrible ya que cualquier decisión u opción que se tome al respecto enrevesado será igualmente desgraciada/fallida, acarreará tragedia y sufrimiento, no hay ninguna buena o menos mala, todas son horrorosas, metáfora perfecta de todo, de la existencia entera, callejón sin salida, trampa mortal, jeroglífico ciego, laberinto boca abajo, topor.
Y está muy bien hecha en todos los sentidos, aunque tengo la sensación de que tiende un tanto al subrayado y el melodrama, de que es menos reflexiva y analítica y un poco bastante más obvia que el texto original, lógicamente, James es de otro mundo, más de brocha gorda, más burda psicológicamente y bruta argumentalmente.
Ella se refugia en la bobaliconería y la mediocridad y la rutina bordadora/bordada/bastarda para protegerse del mundo. Ama la mentira, se defiende de la verdad como gata panza arriba, hace oídos sordos todo lo que puede, con todas las fuerzas de su ser, la inocencia pánfila que esgrime como un blasón de su estirpe le sirve de escudo, pero en el fondo, como luego se demuestra, nada tiene de mosquita muerta, fachada, es una táctica, como tienen todos los demás, cualquier ser vivo, nada más, Gesolmina, a ver si cuela y la realidad se adapta a ella, a sus deseos y necesidades. Es todavía joven y cree que es posible salirse con la suya, que te sonría la suerte o los hados, de dios su niña mimada, no sabe que eso nunca pasa, no es posible, ese atajo tramposo para nada vale, la regla del juego se respeta, permanece incólume, siempre a salvo.
Él es un tipo desaprensivo, sin escrúpulos, un caradura y un arribista, vago y maleante, encantador, braguetazo y simpático, pero demasiado desaforado, canta la Traviata, no sabe dónde se mete, en/es un nido de víboras.
El padre es inteligente y sabio, fuerte y decidido, pero no quiere a su hija lo suficiente, eso le pierde, no sabe guiarla adecuadamente, le falta mano izquierda, la necesaria e indispensable hipocresía, más madera mentira todavía, más comedia si hace falta, siempre, es muy orgulloso, se toma muy en serio a sí mismo.
La tía es una alcahueta, una metomentodo, una tontiloca incendiaria, un peligro público, una maravillosa chismosa que quiere vivir aventuras que a ella ya no le tocan, en carne ajena, de otra, Celestina.
La película es una sátira, también, sobre el amor romántico, supone su desguace, su despiece, parte a parte, gran descojono, oh, querido mío.
La verdad solo está al alcance de los muy fuertes, tanto que han sido completamente derrotados por el medio ambiente, o eso decía el indio jefe de aquel cuco, y están enfermos y locos y solos, enterrados de cuerpo presente, no valen ya para nada, dan una inmensa pena vergüenza. El resto chapotea en la charca grisácea burocrática, en el líquido amniótico de Matrix, eramos tan felices, creyendo que tienen entidad alguna, que algo importan a alguien, que la realidad tiene peso y es sólida, que se puede, que hay que ser positivos, que son más listos, que con el grupo mejor que da calor, toda la retahíla, esas mierdas, verdades como de hierro puños.
La verdad es asquerosa, repulsiva, revulsiva, inaceptable e insoportable, desagradable, incómoda, urticaria, salvaje, atroz, la verdad es la muerte, destruye todo lo que toca, embalsama y aniquila, la verdad es incompatible con la vida, por eso todos la odian y la temen tanto, te quieren matar si se la dices, apártala de mi boca/oreja, ni se te ocurra, por eso la inmensa mayoría viven engañados, como los niños temen al ogro, igual, es, de hecho, lo que más desean en el mundo, que les engañen constantemente, cuanto más, mucho mejor, por eso es tan fácilmente manipulable la gente, la masa, la que se traga cualquier bobada con todas las ganas, ocho que ochenta, más, miénteme mucho, por favor yo te lo pido, da igual la época o el modo, por eso se hacen esas películas o series que gustan tanto, por nada, eso es lo que dice esta película, poco más o menos, aunque, claro, eso no puede ser, de ninguna de las maneras, no me lo creo, seguro que él está muy enamorado, si se le nota en la mirada.
Esta historia plantea una ecuación endemoniada, irresoluble, imposible, terrible ya que cualquier decisión u opción que se tome al respecto enrevesado será igualmente desgraciada/fallida, acarreará tragedia y sufrimiento, no hay ninguna buena o menos mala, todas son horrorosas, metáfora perfecta de todo, de la existencia entera, callejón sin salida, trampa mortal, jeroglífico ciego, laberinto boca abajo, topor.
Y está muy bien hecha en todos los sentidos, aunque tengo la sensación de que tiende un tanto al subrayado y el melodrama, de que es menos reflexiva y analítica y un poco bastante más obvia que el texto original, lógicamente, James es de otro mundo, más de brocha gorda, más burda psicológicamente y bruta argumentalmente.
Ella se refugia en la bobaliconería y la mediocridad y la rutina bordadora/bordada/bastarda para protegerse del mundo. Ama la mentira, se defiende de la verdad como gata panza arriba, hace oídos sordos todo lo que puede, con todas las fuerzas de su ser, la inocencia pánfila que esgrime como un blasón de su estirpe le sirve de escudo, pero en el fondo, como luego se demuestra, nada tiene de mosquita muerta, fachada, es una táctica, como tienen todos los demás, cualquier ser vivo, nada más, Gesolmina, a ver si cuela y la realidad se adapta a ella, a sus deseos y necesidades. Es todavía joven y cree que es posible salirse con la suya, que te sonría la suerte o los hados, de dios su niña mimada, no sabe que eso nunca pasa, no es posible, ese atajo tramposo para nada vale, la regla del juego se respeta, permanece incólume, siempre a salvo.
Él es un tipo desaprensivo, sin escrúpulos, un caradura y un arribista, vago y maleante, encantador, braguetazo y simpático, pero demasiado desaforado, canta la Traviata, no sabe dónde se mete, en/es un nido de víboras.
El padre es inteligente y sabio, fuerte y decidido, pero no quiere a su hija lo suficiente, eso le pierde, no sabe guiarla adecuadamente, le falta mano izquierda, la necesaria e indispensable hipocresía, más madera mentira todavía, más comedia si hace falta, siempre, es muy orgulloso, se toma muy en serio a sí mismo.
La tía es una alcahueta, una metomentodo, una tontiloca incendiaria, un peligro público, una maravillosa chismosa que quiere vivir aventuras que a ella ya no le tocan, en carne ajena, de otra, Celestina.
La película es una sátira, también, sobre el amor romántico, supone su desguace, su despiece, parte a parte, gran descojono, oh, querido mío.
La verdad solo está al alcance de los muy fuertes, tanto que han sido completamente derrotados por el medio ambiente, o eso decía el indio jefe de aquel cuco, y están enfermos y locos y solos, enterrados de cuerpo presente, no valen ya para nada, dan una inmensa pena vergüenza. El resto chapotea en la charca grisácea burocrática, en el líquido amniótico de Matrix, eramos tan felices, creyendo que tienen entidad alguna, que algo importan a alguien, que la realidad tiene peso y es sólida, que se puede, que hay que ser positivos, que son más listos, que con el grupo mejor que da calor, toda la retahíla, esas mierdas, verdades como de hierro puños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tal vez... si el padre se hubiera echado a un lado y la hubiera dejado casarse finalmente, el trepa se hubiera portado bien con ella y hubieran tenido hijos y ella se hubiera sentido plena y amada y madre y dichosa... tal vez..., pero también es muy probable que con el paso del tiempo, al correr de los días o los años, él fuera sacando la patita, enseñando progresivamente su peor o real y más auténtica cara y la fuera despreciando y engañando y esquilmando y poniendo los cuernos con casi cualquiera, hasta con la criada tan joven y bonita que allí pace, más fácil, de la mano al alcance, y alejándose más o menos metafóricamente con el dinero, tómalo y corre.
¿Hubiera sido mejor eso que, en lo que se ha convertido, ser una siniestra vampiresa, la bruja vampiro?
Tal vez...
El padre, de ese modo, hubiera muerto más querido por la hija tan agradecida por la su generosidad, atendido/cuidado en su lecho moribundo, seguramente, es probable, y un poco más humillado por el yerno pijoaparte, derrotado en ese duelo soterrado, aunque nunca se sabe, ya que la hija, al descubrir que su padre en realidad tenía razón al desconfiar un poco de ese amor tan repentino, le hubiera reprochado a este que la hubiera dejado casarse con el caza dotes tan tranquilamente, que no se lo hubiera impedido o la hubiera aviado por todos los medios, que no le hubiera dicho toda la verdad en su momento por muy dolorosa que esta fuera, que no la hubiera protegido de ese pequeño demonio, de semejante sinvergüenza, que para eso están los padres que realmente quieren a sus hijas como dios manda.
Y Montgomery hubiera conseguido su ansiado objetivo, pero habría acabado en plena batalla campal conyugal con su mujer y su familia, fuera de juego, sojuzgado, señalado por su mal comportamiento como marido, probablemente todo...
Y la tía, estupenda Hopkins, se hubiera divertido mucho, aunque también hubiera pagado los platos rotos del desastre futuro del infeliz matrimonio.
Ya dijimos que no había solución buena, la una y la otra y la de más allá acabarían en ruina, en el mismo puto punto muerto, agonía.
Olivia es fabulosa. Los otros un poco menos o no tanto.
Aprendiz de Malú y Alejandro Sanz está basada en esta historia, claramente plagiada.
Déjame entrar.
La verdad te hace pasar de un estado larvario alelado a otro terrorífico pavoroso, o patada en los huevos o puñetazo en el alma, tú (no) eliges (nada), solo recibes golpes, punching ball.
Aquí al final nadie acaba jugando al tute, todos a la gallinita ciega.
Ella está mucho más guapa y resplandeciente muerta, en la parte final, que llena de vida al principio, de esperanza en el futuro, enamorada, por eso sienta tan bien al personal, es tan buena para el cutis.
Todos tienen sus razones.
¿Hubiera sido mejor eso que, en lo que se ha convertido, ser una siniestra vampiresa, la bruja vampiro?
Tal vez...
El padre, de ese modo, hubiera muerto más querido por la hija tan agradecida por la su generosidad, atendido/cuidado en su lecho moribundo, seguramente, es probable, y un poco más humillado por el yerno pijoaparte, derrotado en ese duelo soterrado, aunque nunca se sabe, ya que la hija, al descubrir que su padre en realidad tenía razón al desconfiar un poco de ese amor tan repentino, le hubiera reprochado a este que la hubiera dejado casarse con el caza dotes tan tranquilamente, que no se lo hubiera impedido o la hubiera aviado por todos los medios, que no le hubiera dicho toda la verdad en su momento por muy dolorosa que esta fuera, que no la hubiera protegido de ese pequeño demonio, de semejante sinvergüenza, que para eso están los padres que realmente quieren a sus hijas como dios manda.
Y Montgomery hubiera conseguido su ansiado objetivo, pero habría acabado en plena batalla campal conyugal con su mujer y su familia, fuera de juego, sojuzgado, señalado por su mal comportamiento como marido, probablemente todo...
Y la tía, estupenda Hopkins, se hubiera divertido mucho, aunque también hubiera pagado los platos rotos del desastre futuro del infeliz matrimonio.
Ya dijimos que no había solución buena, la una y la otra y la de más allá acabarían en ruina, en el mismo puto punto muerto, agonía.
Olivia es fabulosa. Los otros un poco menos o no tanto.
Aprendiz de Malú y Alejandro Sanz está basada en esta historia, claramente plagiada.
Déjame entrar.
La verdad te hace pasar de un estado larvario alelado a otro terrorífico pavoroso, o patada en los huevos o puñetazo en el alma, tú (no) eliges (nada), solo recibes golpes, punching ball.
Aquí al final nadie acaba jugando al tute, todos a la gallinita ciega.
Ella está mucho más guapa y resplandeciente muerta, en la parte final, que llena de vida al principio, de esperanza en el futuro, enamorada, por eso sienta tan bien al personal, es tan buena para el cutis.
Todos tienen sus razones.