Convencional película de guerra. Correcta, bien articulada. Pero pueril, discursiva, exaltada y simplista.
Una épica castrense de manual que alude a un hecho histórico con los modos y maneras de la narración heroica más maniquea y plana.
No molesta, se deja ver, sabes que es publicidad de una marca, de la España (o de la Italia, de paso, de Mussolini, tanto monta) vencedora y su ideología (Dios, Patria, el brazo en alto y cara al sol). Y por ello, por ser propaganda bestia, como cine cojea, resulta ridícula en algunos momentos y aburrida en otros. Reconoces el oficio, el buen hacer general teniendo en cuenta los tiempos y los medios, su buen acabado, está bien contada y hay buenas escenas, pero panfleto finalmente, y eso no es arte, o por lo menos no del que a mí realmente me interesa.
Y es más, apunto para terminar, si se quiere defender a un grupo, una idea, a una parte contratante de lo que sea, es mejor, mucho mejor, ser más sutil y complejo, de esa forma se llega más lejos y más fuerte, en cambio de la otra, de la fácil y hueca y pamplinera, solo aciertas con los ya convencidos previamente, con los de tu bando, el espectador que trata de verla solo como un producto de cine, sin prejuicios ni trincheras, queda completamente excluido, desplazado por la lírica bélica de tebeo, apta para mentalidades infantiles.