Es la típica y formularia historia del superhéroe (Acustic man aka El silenciero), santo inocente, contra el imperio del mal abismal colosal corporativo multinacional ahí es nada, o el hombre contra la máquina, literalmente, di no a la alta tecnología punta tan manipulada o manipulable y descontrolada o descontralable por los que mandan y los que obedecen, por los jefes de todo esto y su mamporrera sumisa claque, di sí al factor humano achuchable, al piloto, pilótame la vida, mono, nene, anda, en la línea de películas yanquis, qué raro, del tipo Pactar con el diablo o La tapadera, sea, superventas como de Grisham, pero con un toque chic francés en este caso que siempre se agradece avant la lettre, y que recurre, como es tristemente habitual en estos casos empresariales conspiranoicos a todo tipo de añagazas o trucos para despistar encandilar encantar fascinar al espectador, son como niños, mi vida y mi reino por un susto de chichinabo, por una emoción de contrabando, efecto placebo, la cámara que se aleja o acerca ominosa para que creas sientas que va a aparecer en cualquier momento el hombre del saco, con las rebajas Paco, pero que se ven venir de lejos, y que está la mar de bien, pero finalmente se pasan, rizan demasiado el rizo y toda la parte última es bastante increíble si somos generosos y no nos cagamos en todo (ello).
Veredicto final + Men in Black (por darle algo de color, es un poco tétrica sombría y oscura azulona) + Tierra prometida o aquella otra del mismo Matt Damon, está en todas, Destino oculto ya puestos por poner solo unos ejemplos o mezcla churrera de iguales mundos o ámbitos, parecidas a esta/s, descubro un secreto, El show de Truman, nada es lo que parece, huele a podrido en Dinamarca, todos están en el ajo, se abre la tierra bajo mis pies, me quiero morir, quién lo hubiera imaginado, aquí hay gato encerrado, lo pierdo/entiendo todo, cae el velo, hay cocodrilos en el alcantarillado, hay millones, cientos de trillones, galaxias enteras, filmotecas repletas calcadas, el punto y la coma.