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Voto de Ferdydurke:
3
7.6
29,976
Western
Tras la muerte de Juárez, en México dominan la injusticia y el terror. Joe (Clint Eastwood), un pistolero vagabundo, llega al pueblo fronterizo de San Miguel, donde dos familias se disputan el control del territorio, y entra al servicio del clan Rojo. Una noche, es testigo del intercambio de oro por armas entre mexicanos y soldados de la Unión. Remake en clave de western de "Yojimbo", de Akira Kurosawa. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2022
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera media hora es brillante, muerte sobre muerte, pueblo fantasma, pero descarrila rápidamente y se transforma en una orgía sádica hasta el tuétano de insensateces y disparates a millares, trillones. Y además en esta el humor escasea ralea, se impone la violencia grotesca, la incoherencia.
Digámoslo generosamente, el guion está hecho un poco como por encima a vuela pluma y sin mirarle mucho el diente, a la virulé, a ojo de buen cubero a la buena de dios, con mirada de águila no tan al matiz o al detalle, pardiez.
Digámoslo generosamente, el guion está hecho un poco como por encima a vuela pluma y sin mirarle mucho el diente, a la virulé, a ojo de buen cubero a la buena de dios, con mirada de águila no tan al matiz o al detalle, pardiez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En la casa de los Baxter vivía más gente que en Indochina, estaban los realmente residentes y a eso súmale decenas de miles de ocupas como chinches, si no, no nos salen las cuentas, de hecho, cuando iba por cien finados dejé de contar por desesperación y aburrimiento pero allí que seguía saliendo gente tan ricamente al muere como conejos, asunto resuelto, una disputa de generaciones solucionada en un periquete en un segundo iluminado, gran idea la del incendio, si no puedes con tu enemigo, pégale fuego, que nos los quitan de las manos a los grandes quemados. Y todos con hollín y atorados menos la fabulosa Margarita Lozano que sale impoluta la última casi como la trajeron al mundo o pusieron, sin mácula, perfecta, como siempre.
Y hay que ver cómo desaparece por arte de birlibirloque de la escena de la última refriega un tan gran malote que por la ventana se esconde, visto y no visto, hago chas y aparezco en lo alto, con el rifle yo te apunto y, también, ya de paso, me holocausto.
No la salva ni Piripipero, ese viejo sandunguero.
Parece evidente, decirlo no es sacrilegio, al pan pan y al vino vino, que aquí el estilo de Leone estaba todavía en bragas o pañales, haciendo la mili, balbuciendo, feto, hecho un bebé, en barbecho, en babia, en construcción, toscamente expuesto, se atisbaba algo de genio pero (la cosa) no cerraba, había que esperar un tiempo para que aquello cuajara como dios manda o dice el ayuntamiento.
A la cabeza o testa, dispárale en los morros, no al corazón de melón, merluzo, o si acaso a los huevos, si se tercia, cenutrio, juan lanas, Ramón, felón.
Es una versión adulta chusca del escondite de toda la vida de dios y del corre que te pillo tú la llevas tonto el último, tal vez capullo, maricón nunca no.
Y hay que ver cómo desaparece por arte de birlibirloque de la escena de la última refriega un tan gran malote que por la ventana se esconde, visto y no visto, hago chas y aparezco en lo alto, con el rifle yo te apunto y, también, ya de paso, me holocausto.
No la salva ni Piripipero, ese viejo sandunguero.
Parece evidente, decirlo no es sacrilegio, al pan pan y al vino vino, que aquí el estilo de Leone estaba todavía en bragas o pañales, haciendo la mili, balbuciendo, feto, hecho un bebé, en barbecho, en babia, en construcción, toscamente expuesto, se atisbaba algo de genio pero (la cosa) no cerraba, había que esperar un tiempo para que aquello cuajara como dios manda o dice el ayuntamiento.
A la cabeza o testa, dispárale en los morros, no al corazón de melón, merluzo, o si acaso a los huevos, si se tercia, cenutrio, juan lanas, Ramón, felón.
Es una versión adulta chusca del escondite de toda la vida de dios y del corre que te pillo tú la llevas tonto el último, tal vez capullo, maricón nunca no.