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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Drama. Aventuras En los años 90, tras unas duras experiencias personales que tocaron fondo con su divorcio y sobre todo con la muerte de su madre, la joven Cheryl Strayed decidió recorrer en solitario, y careciendo de experiencia, más de 1600 kilómetros por el Sendero de las Cimas del Pacífico, que atraviesa el desierto de Mojave y sube hasta la frontera entre los estados de Oregón y Washington, en un intento de encontrarse a sí misma. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2015
34 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
La protagonista, Cheryl, muy bien Reese, actriz que une la fuerza expresiva con la sensibilidad y el matiz (aunque haya hecho demasiadas malas películas durante su irregular carrera), lleva una mochila infame, absurda, desmedida. Y a la película le pasa lo mismo; el pasado la aplasta con infinitos flashbacks; exagerados, truculentos, brutales, constantes. Lo que parecía iba a ser la historia de una mujer joven frente a la Naturaleza; despojada, indefensa, salvaje; se acaba convirtiendo en una excusa nimia para restregarnos/endosarnos otra, una más, histérica recreación familiar, entre el martirio desmadrado, la moralina tortuosa y la filosofía de la piruleta. Casi es más protagonista la madre; insufrible personaje, santificado sin venir a cuento, cargante en su dolor prefabricado y tópico, cursi en su "felicidad" obvia, consabida y gastada.
Pues eso; interesa lo agreste, la soledad y el temor ante la inmensidad; agota el frenesí melodramático.
Creía ver una experiencia ascética e iluminada y me encuentro otra de padecimientos virulentos.
Es como si temiesen aburrir o molestar con la idea de mostrar una exploración arriesgada, solitaria, dubitativa y hubiesen optado por ponerse el corsé fácilmente codificable. Es decir, en lugar de contarnos los devaneos confusos de la chica en medio de la nada, prefieren encadenar clichés sin riesgo (madre buena con mala suerte, hija rebelde, crisis, pecados, arrepentimiento, purificación, purga, recompensa y felicidad), como las estaciones de paso de una santa laica, atea incluso, en su vía crucis camino de la luz y la paz; hacia un espiritualismo de saldo según el cual la tremenda complejidad y dificultad de la vida queda reducida a un voluntarismo naíf y simplón, como si solo fuese cuestión de actitud (ya sabéis, piensa positivo y esas cosas tan tristes), como si la respuesta definitiva estuviese aguardándonos a la vuelta de la esquina, paciente, tranquila, a la espera de que nos diésemos cuenta; religión aguada para estos tiempos descafeinados, las mismas monsergas de siempre pobremente disimuladas, la misma necesidad de buscar respuestas y consuelos sencillos ante la perspectiva, aterradora, de que no los haya, ante el miedo de que tengamos que seguir a ciegas sin saber muy bien nada, siempre en conflicto, en lucha, sin finales felices ni cielos rosados en la meta calmada del crispado recorrido. Entre la duda interesante o las afirmaciones consoladoras eligen más bien lo segundo, el caramelo anestesiado, narcotizante.
Bueno, se deja ver, no aburre realmente (irrita muchas veces), tiene buenas escenas, no pierde comba y tienes curiosidad todo el rato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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