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Voto de Ferdydurke:
5
5.8
2,550
Drama. Romance
Mientras regresa a casa, después de despedirse de su novia, Andrés es atracado por dos mujeres. Cuando, algún tiempo después, se encuentra con una de ellas, una joven desequilibrada de familia acomodada, surge en Andrés una obsesión incontrolable, que imprime a su vida un giro inesperado que le conducirá a abandonar todo cuanto posee. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gente no debería morir nunca. Éramos tan felices (Ricardo dirigió la segunda parte del desencanto, después de tantos años- aquí aparece un cartel de ese documental- y en la primera se dice, la dice Michi, esa famosa frase tan triste). Un oso polar en Madrid.
Entre lo sublime y lo ridículo (vamos tirando).
Más que de locura, habla de la pasión que rompe con lo establecido, el desvío del paraíso, del viaje definitivo hacia lo oscuro el fin de la noche, del salto al otro lado, del contraste entre el orden burgués, la norma recta, y el fondo turbio de la realidad, de la lucha pugna entre la muerte y la vida, la verdad y la mentira, es romanticismo en estado puro, es amor fou, surrealista, auténtico, a tumba abierta, sin medias tintas, es un ideal a la contra, una exaltación, un ascesis místico, una elevación de la existencia, salto al vacío, éxtasis, tormento, frenesí, lo que todos quisieran experimentar sin pagar las consecuencias, gratis, aventuras, emociones, sentimientos poderosos, sensaciones vertiginosas, auges, caídas, derramamientos.
Es una película más de idea que de hechos, por eso chirrían tantas escenas o situaciones, es más una obra de tesis, por eso se siente forzada en ocasiones.
Pienso que los dos actúan bien, aunque al límite, al borde; tienen unos personajes muy complicados; ella se pasa o se podría pasar por un lado o extremo, por exceso, y él por el otro, por quedarse corto. Pero salvan bien el tipo y además son bonitos, qué más quieres, Baldomero.
No es una película para mirarle mucho el diente, quizás más para dejarse envolver, se dejaba llevar, por la banda sonora de Eva que da tanto el tono o clima moral sentimental elegíaco, por el mar (viaje a Portugal), por el sexo, por el deseo, la perdición de los hombres, el fracaso como una de las bellas artes, el derrumbe, el desorden de tu nombre, el desmadre, el desastre, la locura, la atracción por el abismo barranco, cumbres borrascosas, acantilados feroces.
Y está a nada de ser una comedia involuntaria. Depende de quien lo mire.
Diría que es mucho mejor de lo que parece, o que no es tan ridícula y lamentable como amenaza o a veces se siente.
Entre lo sublime y lo ridículo (vamos tirando).
Más que de locura, habla de la pasión que rompe con lo establecido, el desvío del paraíso, del viaje definitivo hacia lo oscuro el fin de la noche, del salto al otro lado, del contraste entre el orden burgués, la norma recta, y el fondo turbio de la realidad, de la lucha pugna entre la muerte y la vida, la verdad y la mentira, es romanticismo en estado puro, es amor fou, surrealista, auténtico, a tumba abierta, sin medias tintas, es un ideal a la contra, una exaltación, un ascesis místico, una elevación de la existencia, salto al vacío, éxtasis, tormento, frenesí, lo que todos quisieran experimentar sin pagar las consecuencias, gratis, aventuras, emociones, sentimientos poderosos, sensaciones vertiginosas, auges, caídas, derramamientos.
Es una película más de idea que de hechos, por eso chirrían tantas escenas o situaciones, es más una obra de tesis, por eso se siente forzada en ocasiones.
Pienso que los dos actúan bien, aunque al límite, al borde; tienen unos personajes muy complicados; ella se pasa o se podría pasar por un lado o extremo, por exceso, y él por el otro, por quedarse corto. Pero salvan bien el tipo y además son bonitos, qué más quieres, Baldomero.
No es una película para mirarle mucho el diente, quizás más para dejarse envolver, se dejaba llevar, por la banda sonora de Eva que da tanto el tono o clima moral sentimental elegíaco, por el mar (viaje a Portugal), por el sexo, por el deseo, la perdición de los hombres, el fracaso como una de las bellas artes, el derrumbe, el desorden de tu nombre, el desmadre, el desastre, la locura, la atracción por el abismo barranco, cumbres borrascosas, acantilados feroces.
Y está a nada de ser una comedia involuntaria. Depende de quien lo mire.
Diría que es mucho mejor de lo que parece, o que no es tan ridícula y lamentable como amenaza o a veces se siente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Claro, ella tenía que morir, no hay otra, ese fatalismo, condenada de antemano, desde el principio, de ahí su atractivo, su magnetismo, sus hipnosis o hechizo, embrujado.
En el horizonte, por ejemplo, Amantes. Hay muchas películas que cuentan esto, un descenso a los infiernos amor torturado mediante, eurídice y orfeo. Y muchos libros. De cómo teniéndolo to, maría de la o, un personaje un día ve algo o a alguien, siente aquello o esto otro, no repite todo en el mismo orden, gira a la derecha o a la siniestra y, de repente, todo ha cambiado, ha cruzado la orilla, el rubicón, no hay vuelta atrás, con el cancerbero, parece que otra vida es posible o está en otra parte, hay otros mundos encerrados en este, más filosofía de la que tú creías o conoces, y se lanza al abismo, al este del edén, prueba la fruta prohibida, vende su alma al diablo, se la juega, sí, para eso sirven las películas, el arte, para sufrir disfrutar en cabeza ajena, por poderes, para poder imaginar qué pasaría si un día, sí, tú mismo... ¿por una sola vez no fueras tan cobarde?, ¿razonable?
Ah, por cierto, la erección, por lo que me cuentan las fuentes, manan, ese intrincado mecanismo, también, está muy sobrevalorado, es incluso involuntario, como el resto, como la guapura, la inteligencia, el éxito, el dinero, te viene generosa groseramente, como un torrente, o se pierde en la noche como lágrimas en la lluvia sin que nadie lo merezca o tenga la culpa, al maestro armero, arbitrariamente, es una lotería, como los penaltis, mecánica cuántica, como la religión, un misterio, poco más o menos, la parte contratante tampoco es tan importante, ni la otra. Dios decide. Tu cuerpo no te pertenece, no es tuyo, es suyo. O de la naturaleza, que para el caso... Los nombres de Cristo.
En el horizonte, por ejemplo, Amantes. Hay muchas películas que cuentan esto, un descenso a los infiernos amor torturado mediante, eurídice y orfeo. Y muchos libros. De cómo teniéndolo to, maría de la o, un personaje un día ve algo o a alguien, siente aquello o esto otro, no repite todo en el mismo orden, gira a la derecha o a la siniestra y, de repente, todo ha cambiado, ha cruzado la orilla, el rubicón, no hay vuelta atrás, con el cancerbero, parece que otra vida es posible o está en otra parte, hay otros mundos encerrados en este, más filosofía de la que tú creías o conoces, y se lanza al abismo, al este del edén, prueba la fruta prohibida, vende su alma al diablo, se la juega, sí, para eso sirven las películas, el arte, para sufrir disfrutar en cabeza ajena, por poderes, para poder imaginar qué pasaría si un día, sí, tú mismo... ¿por una sola vez no fueras tan cobarde?, ¿razonable?
Ah, por cierto, la erección, por lo que me cuentan las fuentes, manan, ese intrincado mecanismo, también, está muy sobrevalorado, es incluso involuntario, como el resto, como la guapura, la inteligencia, el éxito, el dinero, te viene generosa groseramente, como un torrente, o se pierde en la noche como lágrimas en la lluvia sin que nadie lo merezca o tenga la culpa, al maestro armero, arbitrariamente, es una lotería, como los penaltis, mecánica cuántica, como la religión, un misterio, poco más o menos, la parte contratante tampoco es tan importante, ni la otra. Dios decide. Tu cuerpo no te pertenece, no es tuyo, es suyo. O de la naturaleza, que para el caso... Los nombres de Cristo.